Gloria Valero (Orihuela, 1971), se siente vinculada a La Reconquista prácticamente desde que nació. Con cuatro años inicia su andadura festera en los Moros Musulmanes Escorpiones, fundada por su padre. Tras su paso por Moros Realistas, acaba en 2001 incorporándose a la Fila Zarina de los Moros Nazaríes de Abén Humeya, donde se inscribió un año antes por mediación de su marido, «el más festero de la familia».

¿Cómo afronta este cargo?

Con muchísima ilusión, con ganas de empezar ya todos los actos y con mucha felicidad.

Su nombre se había barajado años atrás, ¿se esperaba que finalmente fuese realidad?

Es cierto que se había barajado hacía varios años pero desde ese momento ya piensas que has perdido el tren, que nunca más seré, nunca más estaré en boca de poder serlo. Yo ya tenía mi candidata, tenía claro quién era y casi le doy la enhorabuena esa misma noche viendo a Nuestro Padre Jesús.

¿Y cómo recibió la noticia de que no era así?

Fue el viernes por la noche. Estaba en casa, acostada con mis hijos, rezando, a punto de dormirnos y vino Antonio Manuel (presidente de la Asociación de Fiestas Santa Justa y Rufina) a casa y fue una sorpresa tremenda.

¿Fue un sueño cumplido?

Es más que un sueño, es una ilusión tremenda. Las palabras creo que se quedan cortas para poder decir de verdad lo que siento. Que este título sea para mi persona es un honor muy grande, me gustaría hacerlo tan bien como mis antecesoras.

Lo cierto es que es una gran responsabilidad. Ahora hay mucho por organizar, recepciones, trajes...

Quiero es ir día a día. Que hoy toca ir a una asociación, para allá; otro día entrevistas, entrevistas. Soy muy nerviosa y yo me acelero más de lo normal. Aún no he mirado nada, no tengo nada claro. No me ha dado tiempo a poder pensar en todo eso. Nos enteramos el viernes por la noche y no podía decir nada. Mis padres estaban de viaje y no quería que se enteraran por ahí. A partir de ahí empezamos a asumir el cargo pero no lo tengo asumido todavía.

Son muchas las felicitaciones que ha recibido desde anoche. ¿Alguna especial?

Mi hijo, cuando me dijeron la noticia, me dijo "hala mamá, Armengola, eso es lo más" y me abrazó, fue muy especial. El otro me ha dicho que ahora que soy la jefa de Orihuela va a ir al kiosco a por las estampas del fútbol gratis (risas). Son anécdotas muy divertidas.

¿Los niños continúan con esa tradición festera que le viene de familia?

Totalmente. Aunque el más festero es mi marido. Cuando entré en su comparsa me dijo "tú serás mi Armengola". De eso hace 16 años, pero no se le ha olvidado, por lo que es un sueño cumplido también para él.

¿Qué acto espera con más ganas?

A corto plazo, la procesión del Santo Entierro, en Semana Santa. De las fiestas de julio, sin duda el día del Pájaro, por el simbolismo que tiene para Orihuela.