El estudio de cada una de las piezas que pasan por el Museo de Arte Sacro es fundamental para conocer las características de la misma y aportar datos que, a simple vista, no pueden ser revelados. Las radiografías es un buen ejemplo de estas técnicas. Mediante ellas, puede «verse» el interior de las tallas, casi todas ellas de madera. Así, se pueden conocer el números de piezas, sus sistema de unión, y hasta el periodo histórico al que pertenecen, por lo que puede conocerse si se han añadido o sustituido piezas más antiguas por otras más modernas.
Un indicativo de esto son, sin ir más lejos, los propios clavos de unión utilizados. Estas tallas están compuestas por varias piezas unidas entre sí. De esta forma, si se encuentran clavos muy gordos y gruesos, determina que la pieza es más antigua que la que está unida por clavos más finos. Esto se debe, explica Mariano Cecilia, historiador del Museo de Arte Sacro, a que «antiguamente estos clavos se forjaban a mano, por lo que son más robustos».
Estas formas de ver la imagen también permiten revelar detalles muy curiosos.