A 10 de febrero Orihuela continúa sin presupuestos de 2016, la que debería ser la hoja de ruta política y económica. El equipo de gobierno prorrogó a final del pasado año los originarios de 2012, los últimos que consiguió sacar adelante el anterior equipo de gobierno (y ya lo hizo sometiéndose el alcalde Monserrate Guillén a una cuestión de confianza que perdió, pero que no acabó en moción de censura) y desde entonces nada se ha movido pese a las continuas promesas, tanto en campaña como una vez llegado a la Alcaldía, del líder del Partido Popular, Emilio Bascuñana quien se ha cansado de repetir esta frase: «Lo primero es abordar el presupuesto y lo que conlleva», que dijo el 13 de junio tras su investidura y refiriéndose a los de 2015, que tampoco aprobó.
El regidor necesita el apoyo de la oposición (2 votos) para aprobar los presupuestos, pero tampoco parece que esté preocupado en buscarlos. Si hace un mes era el portavoz de Ciudadanos, Juan Ignacio López-Bas, quien anunciaba las condiciones de su partido para aprobar el documento y reconocía que ya se habían mantenido reuniones para tratar su contenido, la portavoz del grupo municipal del PSOE, Carolina Gracia, denunció ayer que el edil de Hacienda, Rafael Almagro (PP), les ha negado el acceso al expediente que contiene el borrador que el ejecutivo pretende aprobar para 2016, sin que tampoco se les haya llamado para explicarles su contenido. La misma situación que se da con el resto de fuerzas políticas pues ni Cambiemos Orihuela ni Foro Demócrata han recibido ni una sola llamada ni han visto un documento de lo que al presupuesto se refiere y eso sería normal si el PP tuviera los votos para aprobarlo, pero no los tiene.
El único borrador se encuentra en el Ayuntamiento, a falta del informe favorable de Intervención -algunas fuentes sostienen que ya ha sido informado y no de forma favorable- «para que pueda ser propuesto para su aprobación por parte de la Corporación», según reiteró ayer una vez más el concejal de Deportes, Dámaso Aparicio. En ese estado se encuentra desde final de diciembre, cuando la empresa externa contratada por Rafael Almagro -con el fin de «aportar ideas y conocimientos que refuercen el presupuesto y para agilizar aún más su redación, pues se trata de una ayuda extra para el trabajo de los técnicos», dijo- terminó su trabajo cumpliendo el compromiso que reiteró el PP tras la firma del acuerdo de gobernabilidad con Ciudadanos de tenerlos listos para el 31 de diciembre.
Partidas
Ni siquiera esa contratación, de 18.000 euros más IVA (el límite que permite la legislación para contratos sin concurso público) ha servido para poner en marcha los presupuestos de este año. Pese a ello, el edil de Deportes anunciaba una partida que contendrá el documento, de 150.000 euros, para la construcción de unas instalaciones deportivas en la pedanía de Molins, «reivindicadas por los vecinos desde hace años y paralizadas hasta ahora porque no se tenía claro la titularidad de la única parcela que el PGOU contempla para la construcción de instalaciones deportivas».
Aparicio, de algún modo, vendió la piel del oso antes de cazarlo, pues esa partida estará condicionada a la aprobación del presupuesto, pero «eso ya será cosa de la oposición, allá cada cual con su responsabilidad», apuntó. El concejal también dio cuenta de los asuntos aprobados en la junta de gobierno, que pasan por una sentencia que condena al Ayuntamiento a pagar 1.842 euros en concepto de la comunidad de propietarios de un edificio de titularidad municipal. Además, se aprobó el inicio del expediente para adjudicar la cafetería de centro deportivo de La Aparecida, por un canon que parte de 180 euros al mes los próximos cuatro años, y en la próxima semana se hará lo propio con la de San Bartolomé, cerrada durante años.
