La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) acordó ayer ceder 30,7 hectómetros cúbicos de los pozos del Sinclinal de Calasparra para dotar de agua a los regadíos del trasvase Tajo-Segura. La decisión se adoptó horas después de la reunión de la Junta de Gobierno de la CHS, donde los regantes de la Vega Baja y los de la Generalitat expresaron su oposición frontal a esta medida al considerar que las reservas de la cuenca -en torno a 400 hectómetros- son necesarias para poder garantizar las cosechas de primavera y verano en caso de que no llueva. Aun y así, sus reivindicaciones no fueron tenidas en cuenta por la dirección de la CHS, que anunció que el traspaso de agua se empezará a realizar el lunes.

Fuentes de la CHS recordaron que el Consejo de Ministros aprobó el 29 de enero el trámite previo a la apertura de los pozos del Sinclinal; es decir, dio luz verde a esta operación pero dejó la decisión en manos de la CHS, que es la competente para ello. Así, los regantes que utilizan el agua del trasvase tendrán que desembolsar cerca de 800.000 euros para afrontar el gasto de electricidad y la instalación de las máquinas de bombeo para extraer el agua desde Calasparra. Y la polémica por el agua no acaba ahí. La CHS tendrá que decidir ahora si acuerda la cesión de otros 30 hectómetros de agua que los regantes de Cieza han propuesto vender a los del trasvase. El acuerdo ya está cerrado pero necesariamente hace falta el beneplácito de la Confederación.

Cieza

Los agricultores de la Vega Baja mostraron ayer su disconformidad con la cesión de agua del Sinclinal al considerar que se trata de una de las reservas hídricas de mayor calidad de la cuenca del Segura mientras ellos tendrán que seguir regando con las aguas residuales que llegan al último tramo del río. De igual forma, manifestaron su descontento con la posible venta de agua desde Cieza porque consideran que a medio plazo esos recursos pueden ser vitales para mantener los cultivos. Por todo ello, anunciaron que llevarán a los tribunales a los responsables de la CHS al estimar que están prevaricando al ceder un agua que pertenece a los regantes del Segura y no a los que utilizan el agua del Tajo.

Los agricultores de la Vega Baja se quejaron además de que las extracciones del Sinclinal deben realizarse con obligatorios estudios de impacto ambiental, algo que no se hizo el pasado año cuando se omitió ese trámite alegando que la situación de sequía era urgente y no había tiempo para ello. Pero ahora, un año después, se encuentran con que la situación se ha vuelto a repetir. A este respecto, alegan que el Instituto Geológico y Minero de España realizó un estudio en 2009 que determinó que si se extraían 30 hectómetros cúbicos del Sinclinal se tardarían nueve años hasta recuperar las reservas hídricas. Mientras tanto, el secretario autonómico de Medio Ambiente y Cambio Climático de la Comunidad, Julià Álvaro, exigió a los miembros de la que pidan al Gobierno que aumente el caudal de la desaladora de Torrevieja para paliar la falta de agua. A su juicio ese caudal sería el inicio de una solución que garantizara la producción y el mantenimiento de las explotaciones agrarias del sur de Alicante, más aún «a sabiendas de que los regantes están dispuestos a comprarla».

El secretario autonómico valoró que la situación hídrica en el sur de la provincia de Alicante es «muy grave» y advirtió que no se han tenido en cuenta las prevenciones que la normativa contempla, además de considerarlo «injusto».

«¿Qué haremos cuando dentro de un tiempo ni unos ni otros tengan agua suficiente para sus necesidades de riego?», se preguntó Álvaro, quien se dijo que la sobreexplotación de pozos en la zona no supone una solución para el déficit hídrico del sur de Alicante.

Asimismo, Julià Álvaro criticó la falta de información suministrada por la CHS a la Conselleria, a pesar de haber solicitado informes sobre precios y otros aspectos. «No nos han tenido en consideración y han optado por una política de hechos consumados», manifestó, a la vez que exigió «diálogo y colaboración».