El incombustible Manolo Pamies, de 72 años, columnista y corresponsal de INFORMACIÓN, recibió un premio por su trayectoria en el mundo periodístico. Sus compañeros, además de la protocolaria placa, le regalaron un reloj, que ensalzó asegurando con sorna que «me acompañará en los años que me quedan por vivir y en los malos tragos de los que no pueda escapar».

Su nombramiento generó una ovación unánime en sus compañeros, entres los cuales despierta admiración, sumándose a los aplausos los políticos presentes de uno y otro bando, que muchas v eces veces han sido víctimas de su mordaz pero sincera pluma.

Manuel se ha convertido en un referente informativo y de opinión local en sus ácidas tribunas sobre la fauna política y con magistrales cuadros de paisanaje, en especial de las gentes de «la mar» y en las que le cuesta esconder el poso de amargura por la especulación y deglución del paisaje que ha padecido Torrevieja, entrelazándolas con una facilidad pasmosa con los avatares del día a día de este, su pueblo.

Conocido por su fidelidad a las informaciones veraces, muchas

veces incómodas tanto para gobiernos de un color como de otro,

siempre le acompaña una gorra republicana. Cuenta que una vez Manuel Fraga, quien fue ministro del régimen franquista, visitó Torrevieja y le dijo: «Buena gorra de marinero lleva usted», a lo que Pamies le espetó «que Dios le guarde la vista, Don Manuel».

Acérrimo defensor de la pluralidad, y con una curiosidad casi enfermiza para desentrañar cualquier historia cotidiana con poso, paradójicamente cree que «quizá mi adicción a intentar bucear en la verdad por encima de todo viene de mi educación materna. Mi madre era muy religiosa, y lo de no mentir era casi sagrado, así que no había otra». Cabe decir que suya es la denominación de los premios «Rascasa y Salmonete» para diferenciarlos de los «Naranja y limón».