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La salinera reduce un tercio su producción para ahorrar a costa de la sal de Pinoso

«La Ballena» sustituye desde ahora a la tradicional «Disal» como referente en la comercialización

La salinera reduce un tercio su producción para ahorrar a costa de la sal de Pinoso

La producción de sal en la laguna de Torrevieja se ha reducido en más de 200.000 toneladas en 2015. La salinera, propiedad del grupo francés Salins du Midi, se ha ahorrado ayer el coste energético necesario para operar el salmueroducto de Pinoso. Esta infraestructura permite transportar aguas saturadas con salmueras de las minas del Cabezo de la Sal de Pinoso para mezclarlas con las aguas de mar que se impulsan hasta la laguna e incrementar la producción. El hecho de haber prescindido del bombeo para ahorrar costes ha rebajado la cosecha en 200.000 toneladas. De las 600.000 anuales de promedio de los últimos años a poco más de 400.000 toneladas, lo que a su vez provocó algún momento de carencia de «stock».

La explotación salinera, a pleno rendimiento, podría aportar al grupo hasta 900.000 toneladas en una campaña excepcional-. Ahora, en vez de generar hasta el 15% de la producción de todo el grupo Salins du Midi, interviene solo en un 9%. Este grupo francés -con más de 150 años de historia- está especializado en la producción de sal en sus explotaciones de España, Francia, Italia, Túnez y Senegal.

El salmoreoducto fue construido a principios de los 70 cuando las salinas todavía estaban en manos del Estado con el objetivo de incrementar de forma artificial el volumen convencional de sal marina por evaporación de agua del mar: se inyecta agua a presión en el interior del Cabezo de Sal de Pinoso, que alberga grandes depósitos de sal subterráneos y se transporta disuelta por el conducto a lo largo de más de 30 kilómetros. La mayor parte del transporte se puede realizar por gravedad, pero el salmoreoducto requiere energía para el bombeo en varios puntos, además de un mantenimiento costoso y que deja mucho que desear en los últimos años. Algo que provoca continuos problemas técnicos, tanto en los pozos de Pinoso, como a lo largo de un trazado donde las fugas son habituales. La empresa se comprometió a llevar a cabo la renovación de la infraestructura a cambio de una rebaja del canon que le cobra el Estado por el uso del dominio público de las salinas, que son patrimonio público.

Esta reducción de la producción no afecta al fondo de la actividad de comercialización de la salinera volcada, sobre todo, en mimar su línea de embarque y distribución por vía marítima, la más rentable y competitiva. En torno a un centenar de embarcaciones siguen recalando en el puerto de Torrevieja para cargar sal con destino a países nórdicos, norte de Europa, África y, en menor medida, Estados Unidos.

El 50% de la «cosecha» blanca se destina al mercado interior y la otra mitad, al nacional. La mayor parte de la producción cargada a granel se usa en el deshielo de sal. La sal de Torrevieja es especialmente valorada para este uso dado que normalmente se utilizan sales no marinas, con mucho residuo e impacto ambiental. La sal marina deteriora menos caminos y carreteras y sus zonas de servidumbre.

El centenar corto de trabajadores que todavía emplea la salinera tiene la sensación de que los actuales propietarios mantienen su gestión como una decisión estratégica: para que no la opere la competencia, por su capacidad de producción sin depender de la estacionalidad - aunque nunca se alcance su mayor capacidad-, como por su línea de salida al mar para buques de hasta 20.000 toneladas, poco habitual en otras salinas en Europa. Aunque se le conocen más de 14.000 usos -en especial para la industria química, deshielo y alimentarios-, la sal es un producto con escaso margen de beneficio industrial.

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