Francisco Ruiz apareció por sorpresa en el número 6 de la candidatura socialista a las municipales de 2015 en Orihuela que encabezó Carolina Gracia. Fue una de sus apuestas personales y una sorpresa porque era un hombre sin pasado público. No sabía qué era la política pero sí el deporte, su infinita pasión. Responsable de «Pasico a Pasico» y fisioterapeuta de profesión, aceptó la invitación porque consideraba que era capaz de cambiar un área municipal maltratada por todos. Siete meses después lo ha dejado, aunque ya en octubre anunció que creía que esto no era lo que pensaba. Estaba desencantado. El PSOE hizo ayer público lo que todos esperaban que ocurriera desde octubre

Un hijo de por medio, que nació en agosto, problemas para compaginar profesión, familia y política y el duro trance que tiene que ser oposición, explican mucho esas tres palabras que definen a cualquier dimisión «razones estrictamente personales» y, por una vez, lo son. Atrás queda su costumbre de acudir los primeros plenos de este mandato en pantalón corto, algo que le hicieron ver algunos compañeros de partido sin mucho éxito y su poco apego a los actos públicos y protocolarios. Ha pasado por el Ayuntamiento y por el grupo municipal de puntillas. Ayer los compañeros sólo recordaban dos intervenciones que había tenido en los plenos; uno, a raíz del debate sobre espectáculos con animales en Orihuela; el otro, más reciente y mucho más sonado, el pasado diciembre cuando poco menos que acusó al alcalde, Emilio Bascuñana, de gobernar el Ayuntamiento como antes había hecho con el Hospital Vega Baja, como si se tratara de su cortijo.

Ayer la portavoz socialista dijo que entendía las razones de su renuncia y agradeció su implicación en el proyecto socialista. «Espero contar con su experiencia fuera de las instituciones».