Una de las más agudas contradicciones del Ayuntamiento de Orihuela, en materia presupuestaria, radica en la no distribución racional y justa de los recursos destinados a infraestructuras y servicios en el resto del municipio, focalizándolos siempre en el casco urbano y pedanías, obviando con ello que la exclusión y falta de inversión perenne en la costa repercutirá negativamente en el progreso que se busca para el municipio.

En su mensaje de Navidad, el alcalde del PP de Orihuela expuso sus prioridades para 2016. Lo más llamativo fue la total ausencia de una mención hacia Orihuela Costa. Y este hecho quedó sorprendentemente refrendado en una rueda de Prensa de hace unos días donde los vecinos de la costa comprobamos con indignación cómo anunció una batería de propuestas por un montante de 30 millones, de los que el Ayuntamiento tendría que aportar 15, y que se podría resumir en una petición de fondos Feder a Europa, dentro del programa «Dusi» para la modernización tecnológica, integración social, rehabilitación del patrimonio arquitectónico y protección del medio ambiente, con los que se busca que ciudades golpeadas por la crisis se conviertan en modernos, sostenibles y adaptados.

Independientemente de la dificultad de conseguir estos fondos, pues a lo máximo se podría optar seguramente sería a una parte, la gran pregunta que nos inquieta y que nos hacemos es: ¿Cómo y de dónde se sacará la parte que tiene que aportar el Ayuntamiento?. Ante el volumen de la inversión y sabiendo que pedanías y, sobre todo, Orihuela Costa tienen grandes deficiencias estructurales que se podrían paliar con estos fondos, ¿el Ayuntamiento volverá a marginar en este macroproyecto a estas otras partes del municipio excluyéndolas otra vez? Otros miembros destacados del PP, en mensajes similares, mostraron la misma falta de preocupación por el área del municipio que tiene una población igual o mayor que la del casco urbano y que aporta más del 60% de los ingresos a través de impuestos.

En una reciente reunión del Comité Ejecutivo del PP se felicitaron por recuperar la Alcaldía de Orihuela, en mayo de 2015, y su progresión en las generales. Cifraron este éxito en el aumento de apoyos obtenidos en pedanías, citando a Correntias, Molins y La Aparecida. Sumando sus habitantes, en conjunto, tienen una población muy por debajo de tan solo una de las principales urbanizaciones de la Costa. La diferencia es que votan y sus votos cuentan para recibir favores.

Un ejemplo entre los muchos de estos últimos meses sobre la distribución de favores seleccionados en otras zonas del municipio y no en la costa, lo tenemos en las numerosas partidas destinadas a infraestructuras en estos últimos meses por un montante superior a 1.500.000 de euros y entre las cuales es digna de mención la decisión tomada hace unos días de asignar 330.000 euros para asfaltado de la Plaza de Santa Lucía y dirigiendo las mejoras de ese pliego a pedanías. En la Plaza de Santa Lucía los adoquines serán reemplazados por asfalto. Estos adoquines se colocaron hace siete años con un coste de 600.000 euros. Un derroche y despilfarro, máxime cuando en Orihuela Costa algunas urbanizaciones carecen de asfaltado y otras emblemáticas, como Campoamor, necesitan mejoras en innumerables calles y aceras.

La diferencia en la manera de mimar las infraestructuras turísticas la podemos también comparar, esta vez con el Ayuntamiento de Torrevieja, que ha asignado un presupuesto de 826.145 euros para mejoras de un tramo de su paseo marítimo. En contraste, Cala Capitán, de igual importancia, ya que es uno de las más concurridos y bellos de la costa, donde un segmento importante de su paseo marítimo ha permanecido cerrado en su 3ª temporada turística alta consecutiva debido a los peligrosos desprendimientos, permanece en un abandono por el Ayuntamiento.

También es relevante una entrevista de hace unos días donde uno de los tres recientes pedáneos nombrados para la concejal coordinadora de la costa enumeró con énfasis una ambiciosa lista de todas las necesidades en la costa. ¡Es una quimera! En el contexto político actual, viendo además el tratamiento discriminatorio al que nos tiene acostumbrados legislatura tras legislatura, no vemos posibilidad alguna de corregir las deficiencias en las áreas que cita el pedáneo, que enumeró un segundo centro de salud, un centro de deportes náuticos, aumento de Policía Local, un centro de emergencias y unos parques y jardines decentes que fueran la envidia de otras localidades de una reconocida excelencia turística como La Manga y Benidorm, además de un megaparque natural en Cala Mosca.

Todas estas son las ambiciones admirables, por las que CLARO lleva luchando años, llevando algunas a los plenos y otras incluso al Parlamento Europeo. Pero la triste realidad es la ya consabida. Los políticos de todos los partidos de Orihuela simplemente no escuchan y no prestan atención a lo que CLARO o la concejala coordinadora de la Costa y su equipo de pedáneos proclaman como nuestras grandes necesidades.