El titular del juzgado de Instrucción 3 de Torrevieja acordó ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, por un delito de homicidio del detenido el pasado lunes en una vivienda de la calle Santander, en Torrevieja, después de que avisara de la muerte de otro del que, en un principio, se pensaba que era su padre por la diferencia de edad entre ambos y por el hecho de que ambos vivían juntos (el fallecido tenía 65 años y el arrestado, 45).

El diario ya informó ayer de que los apellidos de ambos no casaban y en un comunicado hecho público por el gabinete de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia se confirma que «el juzgado no tiene acreditada la relación familiar entre víctima e investigado». De hecho, la confusión nace del hecho que lo llamara «papi», algo que venía haciendo desde que ambos vivían en Suecia para evitar que los trataran de pareja y por el cariño que le tenía ya que le había ayudado mucho a lo largo de su vida, según afirmó en su declaración.

Cuatro horas

Además, el arrestado aseguró durante la comparecencia, que duró cerca de cuatro horas con auxilio de un intérprete, que «lo quería como a un padre», y admitió durante la testifical que sí le había dado algunos empujones en la calles, cerca de la vivienda minutos antes, aunque negó que se tratase de una agresión. Como se recordará, el hombre fue encontrado muerto en su vivienda y un problema de este sumario es precisamente conocer si existe una relación entre ambos hecho. De hecho, es el testimonio de testigos presenciales el que ha servido para adoptar la medida de privación de libertad. Varias personas han testificado a los investigadores de la Guardia Civil que lo golpeó -la víctima presenta incluso alguna pequeña fractura- y uno de ellos, incluso, se lo recriminó, cesando sólo entonces la agresión. La víctima era una persona de pequeña complexión física.

El ingreso en prisión se acordó ayer a petición del fiscal sin que los forenses pudieran ampliar ayer el informe de la autopsia y que estableciera si existen o no suficientes indicios para relacionar la paliza que recibió la víctima con su fallecimiento, firmado como un infarto. Tendrán que ser posteriores análisis que ya se han solicitado los que tendrán que fijar si la causa se sigue por esta vía, se agrava a asesinato o, incluso, queja de unas lesiones.

Los vecinos, en declaraciones a INFORMACIÓN, relataron el pasado martes cómo el ahora preso arrastró al hombre hasta la vivienda después de la agresión en la vía pública, junto a un bar, en el que varios clientes presenciaron la escena. Posteriormente aseguraría a los investigadores que se había caído por las escaleras y por ello presentaba esas heridas, pero su versión no convenció pese a que por el inmueble se podía ver manchas de sangre por doquier. Los vecinos mantienen que el detenido es un hombre muy violento al que muchos le tenían miedo, que bebía en exceso y que se había visto envuelto en peleas.