Un lavado de cara para la Plaza de la Centuria Romana. En ello es en lo que se encuentran trabajando los operarios de la brigada municipal de Infraestructuras para devolver parte de su encanto a uno de los enclaves más abandonados del centro del casco urbano. El Ayuntamiento sustituye los paneles de vidrio situados al otro lado del reloj de la plaza por unas vallas similares a las que se encuentran en la pasarela peatonal que une ambos lados del cauce del Segura. Una alternativa más económica que cambiar cada una de las piezas de cristal blindado, de tres metros de longitud, y que costaban cerca de 3.000 euros cada uno.

El edil Francisco Sáez Sironi, apuntó ayer a INFORMACIÓN que «posteriormente, tras ver el resultado, se sustituirán los demás cristales, pues se ha empezado con los que más deteriorados estaban» y suponían un peligro para los viandantes. «Cuando haya dinero se seguirá con los demás, pues el vallado, aunque más barato que los cristales, también es caro».

De esta forma se completarán las actuaciones que se han sucedido sobre una de las plazas más abandonadas de Orihuela y que más sufre las consecuencias de actos vandálicos, como ya ha recogido este diario en numerosas ocasiones, pues en las últimas semanas se ha procedido a eliminar las pintadas que afeaban la zona en los alrededores del reloj instalado en la plaza, así como numerosas piezas de mármol sueltas y rotas en las escaleras y laterales, que acusaban un avanzado estado de deterioro por la acción de patinadores y «skeaters» y el normal desgaste del trasiego de viandantes. Aunque aún quedan actuaciones por realizar, como el arreglo de parte del vallado, que ha sido arrancado en partes de la plaza, estas actuaciones contribuyen a mejorar la imagen de la zona, que si bien no es de las de mayor afluencia de personas, sí se trata de uno de los mayores espacios urbanos de la ciudad.