Muchas millas por popa obligan a poner los escobenes al revés, así se decía en Torrevieja. Lo de los escobenes tiene su significado: cuando se desgastan al rozar las cadenas y maromas del ancla al fondearla o izarla se invierte su colocación y parecen nuevos. Esta sencilla operación es un buen recurso para solucionar las maniobras del ancla.

En términos marineros, la travesía más larga comienza por la primera milla. Todo consiste en seguir teniendo sed de proseguir navegando y las fuerzas suficientes para llevar firme el timón, aunque para ello deba uno apalancarse y afrontar la travesía del nuevo año.

Cuando no se me ocurre nada, como hoy, mis dedos mazacotes y torpes empiezan a teclear. Me ocurre igual que los antiguos motores de gasoil de un sólo pistón. Sólo cuando alcanzaban su temperatura idónea funcionaban con normalidad.

Me ha sucedido en el estrenado año. Se presentan doce meses abiertos como un poliedro con sus múltiples caras y mil variados colores. A escala de este país es alucinante la doble vara de medir o ley del embudo utilizada por el PP, y resulta incomprensible y desconcertante la actitud del PSOE, Podemos y Ciudadanos a la hora de tomar iniciativas para formar gobierno. No. No achaco ni comparo esta nueva situación al temor y la incertidumbre que sienten quienes por primera vez se enfrentan a una situación desconocida, a una prueba médica o una comparecencia en un juzgado.

Después de haber pasado por uno de estos trances, en algunos casos molestos o dolorosos, con el tiempo, si la historia se vuelve a repetir, ya, entra uno como Pedro por su casa en hospitales o audiencias.

Los políticos, a cualquier altura, están acostumbrados a negociar limpiamente algunos. Los más, lo hacen entre intrigas y «trapicheos», de espaldas al llamado bien común.

El problema en las ciudades como Torrevieja, que sigue para lo bueno y lo malo con mentalidad de pueblo, es aquello de «cría fama y acuéstate a dormir» y como la fama no sea de piadoso... ya puedes decir misa. O pasarte a celebrar los ritos que te salgan en gana

Celebraremos pues lo que parece haberle ocurrido a la edil de Fiestas del Ayuntamiento África Celdrán, convertida en el saco donde van a parar las culpas de los deslices del pentapartido. Yo de ella diría lo de mi desaparecido amigo Paquico «El Calafate»: «Un saco cargao de culpas, no pesa».

Los 27 años del PP al frente de la Corporación torrevejense acreditan que han sido cocineros antes que frailes. Por ello los ediles populares, hoy en la oposición. arrecian con sus arremetidas. Eso sí, cada uno por su lado, contra todo lo que menea el nuevo gobierno municipal. Y ahí los tememos despotricando del último festejo de las pasadas Navidades, la Cabalgata de los Reyes Magos.

Personalmente los reyes no me caen simpáticos, ni siquiera los cuatro de la baraja, pero pagaría por ver las caras de los niños contemplando este tipo de desfiles. El formato es lo de menos y, respecto al de este año, cambios no los ha habido radicales. Ignoro el coste del alboroque de sus majestades por las calles torrevejenses. Parece haber quedado lejos de los cien mil euros invertidos en el mismo pasacalles años atrás. ¿De dónde sacaba y donde metía el PP tanto dinero?. Es preferible no mencionar los comentarios de los ínclitos populares. Todos parecen estar cantando desafinadamente una habanerica. Eso sí, acompañados por la orquesta de pulso y púa mientras que a algunos de ellos les están haciendo la cama.