La presencia de figuras tan contrarias como el dictador Francisco Franco y Miguel Hernández bajo un mismo Libro de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Orihuela, como recogió el pasado jueves INFORMACIÓN, ha despertado duras críticas entre el grupo municipal de Cambiemos Orihuela, hasta el punto de que la formación ha anunciado que tratará, junto con distintos colectivos y asociaciones de la ciudad, fomentar una profunda revisión del mismo.

Para la coalición de izquierdas,«mezclar bajo honores similares la figura de Miguel Hernández con la del dictador que truncó su vida (Franco)» es contrario a la «justicia social y a los valores democráticos». Tanto es así que «resulta repugnante que se mantenga cualquier tipo de reconocimiento honorífico al máximo responsable y cabeza de una de las dictaduras más represivas y sanguinarias del siglo XX (...), responsable de los crímenes de lesa humanidad más atroces de la historia reciente de España». Además, la formación reivindica el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica para reclamar la retirada del nombre del dictador del Libro de Honores y Distinciones. Francisco Franco suma dos entradas en dicho libro, una por su Medalla de Oro de la ciudad y otra al ser nombrado Hijo Adoptivo de Orihuela. Miguel Hernández, por su parte, figura como Hijo Predilecto.

Cambiemos apunta a que no solo la presencia de Franco ha de ser revisada, sino también la de distintos políticos «artífices de un modelo corrupto y al servicio de una oligarquía», citando a «gente de la calaña de Francisco Camps, Eduardo Zaplana o Rita Barberá, sujetos cuya labor ha sido contraria al interés de la mayoría social».

La formación reclama que estas distinciones sean exclusivamente «para quienes trabajan por el bien común y lo demuestran con sus actos», y pide que los nombramientos se hagan de forma participativa y «puedan contar con la iniciativa y el impulso de la sociedad civil». De hecho, la formación va más allá y propone que este consenso ciudadano se extienda a distinciones como el Síndico Portador del Oriol para acabar con el «dedazo» del alcalde de turno, que origina que «no se distinga a personas de prestigio social sino amigos, aliados políticos o personas allegadas».