Los Reyes Magos tuvieron ayer una jornada agotadora en Orihuela que no olvidarán con facilidad ni ellos ni los cientos de niños que se marcharon a la cama más nerviosos que nunca. Desde que el alcalde, Emilio Bascuñana, le diera a Melchor, Gaspar y Baltasar a primera hora de la mañana las llaves de la ciudad, acto que tuvo lugar en una de las salas nobles del Ayuntamiento con presencia de algunos concejales, un desfile de ilusión, sonrisas y asombro levantó el paso por el casco histórico de la ciudad de Sus Majestades, montados en camellomontados en camello, algo que agradó y mucho a los oriolanos, dentro de un enorme cortejo colorista que realzó, y mucho, todas las actividades.

La Cabalgata recuperaría su trazado tradicional por el barrio del Rabaloche, algo que se eliminó por motivos de seguridad el pasado mandato, pero que se ha salvado por el equipo de gobierno con un vallado de protección que evitaba el que los niños pudieran meterse, de forma accidental, debajo de las carrozas.

La visita a Orihuela de Sus Majestades comenzó en el Teatro Circo donde, sentados sobre el escenario, fueron recibiendo a los cientos de chavales entre caramelos y confidencias -el clásico ¿has sido bueno?, se repitió hasta la saciedad-. La imagen se compartió con aquellos rezagados que aún tuvieron ocasión de colocar sus cartas de sueños, ilusiones y ¡cómo no!, regalos dentro del buzón colocado sobre el escenario. De allí Melchor, Gaspar y Baltasar -que el día antes habían acudido al Hospital Vega Baja- se trasladaron al Centro Ocupacional Oriol donde también mantuvieron un encuentro con los usuarios. Por la tarde salió la Cabalgata por las calles de la ciudad en un acto que duró algo más de 40 minutos y en el que desde los personajes infantiles más televisivos y populares -desde Bob Esponja a los Minions-rivalizaron con animales típicos de cualquier belén: burros, ocas, cabras y personajes: panaderos, castañera, herrero... todo ello formando el cortejo de música, color y fiesta del que tanto participa la ciudad de Orihuela. La entrega a los niños y mayores de caramelos o de castañas recién hechas ayudó, y mucho, a entablar una complicidad entre el público y los figurantes en una tarde más de primavera que de invierno.

A continuación iban los Reyes Magos de Oriente, montados en tres espectaculares camellos que ha sido una de las grandes novedades que había preparado la concejala de Festividades, Mariola Rocamora.