Son las 9 de la mañana del primer día del año y lo desvirgo igual que enterré el último del extinto 2015 o, lo que es lo mismo, tratando de hacer lo único que parece que sé hacer -no sé si bien o mal, seguramente será lo segundo, porque no soy miembro de la Real Academia de la Lengua-: escribir. Me pongo los auriculares con la música a «to» trapo/pijo/pastilla con la única idea de venirme arriba para, tal vez, creerme lo que no soy, un plumilla de primera fila, aunque, como he dicho muchas veces en el año que se ha ido, cuando realmente me importe lo que se piense de mí buscaré a quien pueda decírmelo y le pediré consejo. ¡Ese será uno de mis propósitos para el nuevo año!. Hay quien se mentaliza para dejar de fumar, otros hacen votos para adelgazar o ser más -no menos- tonto que una mata de habas (para joder y para no perder la costumbre, no por otra cosa). Yo seguiré buscando a alguien que me descubra cosas que no conozco de mí mismo, pese a que a mi edad eso es complicado, si bien siempre hay alguien que me sorprende.

¡Y voy a empezar hoy mismo, porque quiero recordar que la de hoy es la noche más mágica del año, la de Reyes!. Hay noches terroríficas, como la de Halloween, y otras mágicas. Sólo tenéis que fijaros en las «caricas» de los «chiguitos» cuando ven a Sus Majestades por las calles de los pueblos de España, pero en todos los pueblos a la vez. ¡Manda cojones!; ¿cómo lo harán?. Fijaos en los ojos de los chavalines, como platos, y os daréis cuenta de la magia de los Monarcas. ¡Sólo les falta sacar conejos de la chistera!. ¡Ah, coño, que ellos -SS.MM.RR.MM- no son como Tamarit, por lo de la chistera!. Mirad si es mágica que hasta los críos se van a la cama sin rechistar para que los representantes de la realeza más «pura» y «desinteresada» de todo el orbe les dejen los regalos que confirman que han sido buenos. A mí, como me he portado mal, me traerán lo mismo que el año pasado: carbón.

Dicen que «mal de muchos, consuelo de tontos». ¿Por qué digo esto?; pues porque creo que no voy a ser el único al que los Magos de Oriente le traigan carbón. Hay mucha más gente que, en este pueblo llamado Orihuela, se ha portado fatal, ¡casi tanto como yo!. Vamos a ver, el otro día -¡por deformación profesional!- leí en el diario que un concejal, el «sosiata» Víctor Ruiz, dijo, sin tener en cuenta lo del famoso "efecto boomerang" del que algunas veces he hablado, que, a nivel municipal, "el año termina igual que empezó" en la Casona de la Esquina del Pavo. ¡La hemos "cagao"!. Si este "mensajero de la pulcritud consistorial" hizo esta afirmación como crítica al "nunca bien ponderado y siempre criticado" Bascuñana, metió la gamba hasta el corvejón, porque hay que tener en cuenta que 2015 empezó con un tripartido -verderoles, "liberatas" y "sosiatas"- "desgobernándonos"; o sea, si lo que pretendía era decir que el año ha terminado fatal, esta alma de cántaro, que es Victorico, no ha tenido en cuenta que, intrínsecamente, ha reconocido que, con él "en el poder", los seis primeros meses tampoco fueron muy buenos que digamos, porque él era uno de los que mandaba. ¡Señor, qué Crus!. ¿Y estos son los que pretenden "desgobernarnos"?. Carolina, dile al chaval que antes de hablar tome "rabos de pasa", que, al parecer, son buenos para la memoria y aconséjale que frene su incontinencia verbal, que -¡lo digo con conocimiento de causa!- muchas veces no es buena, a no ser que lo que se quiera sea salir en los papeles con un titular de prensa, o, lo que es lo mismo, tener un minuto de gloria. ¡Venga, vale; Víctor, ya lo has tenido!; ahora piensa mejor lo que dices, no vaya a ser que te manden al rincón del Risto Mejide.

Pero, ojo, chaval, que no eres el único inquilino del Palacete del Marquesado de Arneva que va tener carbón. Un serio aspirante a conseguir otro preciado galardón, en forma de turba -el primero fue el limón de los medios de comunicación-, es don Emilio. ¿A quién se le ocurre decir a sus conciudadanos lo que les espetó el otro día su señoría?. ¡A él!; ¿a quién si no?. Los oriolanos le votaron para que, entre otras cosas, y como a sus antecesores, solucione tanto sus problemas como los del pueblo, no para que les echen en cara que todo está hecho una mierda y que la culpa es de los oriolanos. ¡Aunque fuese verdad, se puede pensar, pero no decir, Emilín, y menos si no has ganado las elecciones, porque recordemos que perdiste un montón de votos y un concejal, con respecto a las anteriores municipales, y no estás "pa" sacar pecho!; ¡bueno si se lo dices, en la intimidad, a tu "partenaire" tendría un pase, aunque tampoco sería de recibo!. ¡Ni Hospital ni Cruz Roja, ni "na" de" na"!. ¡Gestión cero y formas suspenso!. ¡A ver si esta noche, la más mágica del año, la cosa te cambia, pero va a ser que no!. ¡Arréglalo si puedes!.