El concejal socialista Víctor Ruiz, hasta el pasado mes de mayo responsable del área de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Orihuela, fue multado en 12 ocasiones entre el 28 de marzo y el 4 de junio -11 de esas veces en el plazo de solo 21 días- a través del procedimiento de denuncias voluntarias de tráfico (cualquier ciudadano lo puede hacer con una simple llamada a la Jefatura Local de Policía e identificándose) y a instancias, todas ellas, de tres personas que mantienen una estrecha relación entre sí porque se trata del intendente jefe de la Policía Local, José María Pomares (estando éste fuera de servicio); de su esposa y de la presidenta de la comparsa festera de la que cual ambos forman parte.
El edil ha presentado una denuncia que ha sido admitida a trámite por los juzgados de Orihuela. El responsable de la Policía Local, a preguntas de INFORMACIÓN, dijo en relación a este asunto que «quien comete una infracción tiene que pagar por ella, sea quien sea», añadió que la denuncia, de la que no tenía constancia: «Me parece una tontería» y recordó que él le ha presentado a Ruiz dos querellas que también se tramitan en los juzgados de Orihuela por supuestas calumnias. Todo, en definitiva, entiende que es una rabieta o una venganza.
El equipo de gobierno del Partido Popular que encabeza Emilio Bascuñana conoce perfectamente los hechos a través del propio Ruiz. Fuentes municipales aseguraron que no existe precedente alguno de un cúmulo de sanciones a un ciudadano -y menos a un concejal- en tan poco tiempo y mostraron su pesar por unos hechos que, al parecer, ni tienen vuelta atrás ni son de fácil solución. Ahora el asunto está en manos de los juzgados.
Once de las 12 denuncias contra el concejal se presentaron en 21 días, entre el 15 de mayo -dos semanas antes de las elecciones municipales- y el 4 de junio, y siete de ellas fueron denunciadas -a través de llamadas telefónicas a la Policía Local- por el responsable de la Jefatura Local o por su esposa. De la relación de sanciones llama la atención que, por ejemplo, el 15 de mayo entre las 23.40 horas y las 23.47 horas; es decir, siete minutos, se le impusieran tres, todas ellas a propuesta de la esposa de Pomares. El día 23 de mayo, otras dos con un intervalo de 35 minutos a instancia del propio Pomares; el día 28 dos más, en esta ocasión por la presidenta de la comparsa; o el 30 de mayo dos más, en cinco minutos, a propuesta del responsable de la policía oriolana.
Once de las doce sanciones se impusieron por saltarse un stop en el mismo cruce: avenida de la Vega con calle Castellón; y la duodécima, a la sazón la primera de todas, por saltarse un paso de peatones en la Avenida Teodomiro. El edil, que conducía un vehículo familiar no fue consciente de este cúmulo de denuncias, debido a los tiempo de tramitación. De hecho, pagó la primera (200 euros, que se quedaron en la mitad) pero no así el resto que decidió recurrir al saber lo que se le venía encima. Todas han sido desestimatorias. En total, 2.400 euros y 48 puntos del carné de conducir.
El asunto no ha trascendido hasta la presentación en los juzgados oriolanos de la denuncia y hay otras cuestiones curiosas, como el hecho de que siempre figura el mismo agente como responsable de la elaboración de los boletines.
