Una patrulla de la Guardia Civil encontró el pasado jueves por la tarde a Anna, de 31 años, y a su hija Maja, de tan sólo nueve meses, muertas aparentemente por asfixia en el dormitorio en un cuarto piso de un edificio ubicada en la calle Ramón Gallud de Torrevieja, próximo al Centro Cultural. En la misma habitación se halló un tercer cadáver, el de Lukasz, de 35 años, ahorcado. Según fuentes de la investigación, todo apunta a que fue él quien asesinó a su mujer y a la hija de ambos y luego se quitó la vida. Antes de suicidarse escribió una nota pidiendo perdón por el crimen y despidiéndose de sus familiares. Estaba redactada en polaco, su idioma natal, dado que el matrimonio procedía de ese país.

El juzgado de instrucción Número 1 de Torrevieja ha decretado el secreto de la causa y se inhibirá en favor del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer puesto que todos los indicios apuntan a que se trataría de un caso de violencia machista.

El crimen no sucedió el día de Nochevieja. Los investigadores apuntan a que ya llevaban muertos varios días. La madre de Anna N., que reside en una urbanización de Orihuela Costa, estaba tratando de localizarlos desde antes del día 24.

No sabía nada de ellos y le extrañó la opción de que se hubieran marchado a Polonia sin avisar, más todavía en plenas fiestas navideñas. Emprendió entonces una campaña para tratar de localizarlos con la ayuda del Centro de Búsqueda de Desaparecidos de Polonia, que difundió por las redes sociales una alerta con fotografías del matrimonio y del bebé, donde se indicaba que la pareja y el bebé habían sido vistos por última vez el 21 de diciembre en Torrevieja.

La imagen corrió por internet, también la difundieron varios medios de comunicación locales durante la última jornada del año y cientos de compatriotas polacos la compartieron. Pero ya era tarde.

Los cuerpos sin vida fueron hallados por el Instituto Armado sobre a las 20 horas del pasado jueves tras acceder a la vivienda en la que residían en régimen de alquiler desde hacía aproximadamente un mes, ubicada en la cuarta planta del número 141-143 de la calle Ramón Gallud. La madre y el bebé permanecían sin vida sobre la cama. El presunto autor de sus muertes, el marido y padre de la niña, fue hallado ahorcado con un cinturón dispuesto sobre la puerta del mismo dormitorio.

Escena del crimen

Hasta el lugar del suceso se desplazaron agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que examinaron el escenario del crimen recabando pruebas. El dispositivo desplegado frente al edificio, con varios coches de la Guardia Civil, una furgoneta negra del Instituto de Medicina Legal y agentes custodiando la entrada al edificio llamó la atención de numerosos vecinos y viandantes que cruzaban la céntrica calle para acudir a las cenas y fiestas de fin de año.

Dos horas después de descubrirse el crimen la comisión judicial ordenaba el levantamiento de los cadáveres y fue entonces cuando muchos de los residentes en esa zona de Ramón Gallud se enteraron de que estaban sacando del edificio a personas fallecidas.

Los cuerpos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal para practicarle las autopsias, aunque ayer no pudieron hacerse al ser un día festivo.

Vecinos del mismo inmueble indicaron ayer que efectivos de la Guardia Civil habían realizado indagaciones en la zona en los últimos días, al parecer para intentar averiguar el paradero de la familia antes de solicitar una orden judicial para poder entrar en el piso.

Según indicaron ayer fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), la pareja llevaba pocos meses instalada en Torrevieja. Otras fuentes apuntaron a que alternaban temporadas en esta población del sur alicantino con su ciudad natal, que según reflejan los perfiles en las redes sociales del matrimonio es Gdynia, ubicada al norte de Polonia. Al TSJCV no le consta que existieran antecedentes por violencia machista en la pareja hallada muerta en Torrevieja.

Desafortunadamente no es el primer episodio de violencia en el ámbito doméstico en el que se ven implicado vecinos de esta nacionalidad en Torrevieja en el año que acaba de terminar.

Un niño de diez años murió apuñalado a manos de su padre el pasado mes de mayo en una urbanización de Torrevieja, mientras su madre, de nacionalidad polaca, intentaba pedir auxilio.

El matrimonio y la niña eran de nacionalidad polaca y formaban parte de una numerosa colonia de casi 2.000 personas procedentes de ese país que habitan en Torrevieja, según explicó el alcalde, José Manuel Dolón durante el minuto de silencio ayer.

La presencia polaca en la ciudad se remonta a poco después de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación soviética, cuando un centenar de matrimonios polacos de alto poder adquisitivo, principalmente comerciantes, se asentaron en una urbanización.

En las últimas décadas, han llegado muchos más atraídos por la hasta hace poco floreciente industria de la construcción y aunque tras la crisis muchos se han marchado.