Más de 900 personas participaron anoche en el VIII Cross Nocturno por las calles del centro de la ciudad y hasta el Seminario de Orihuela, en un recorrido de cerca de 7 kilómetros en el que los disfraces y el buen humor ganaron la batalla al frío y al cansancio de la competición.

Tan solo un día después de la llegada de Papá Noel, éste dejó una gran bolsa de regalos a los participantes, una mochila equipada con camisetas, productos alimenticios, guantes aptos para poder utilizarse con el teléfono móvil o muñequeras reflectantes para aumentar la seguridad de los corredores en situaciones con poca luz; y, cómo no, un gorro navideño de Papá Noel.

El evento, organizado una vez más por la Asociación de Policías Locales Virgen de Monserrate contó con 25 policías voluntarios que dieron servicio a la competición, por lo que tan solo una decena de ellos participó como corredor. Este año, como novedad, los usuarios pudieron acceder al interior de las instalaciones del seminario, por lo que además de una vista única de la ciudad desde lo alto de la montaña, los participantes pudieron contemplar de cerca los jardines y demás instalaciones del seminario.

Por tanto, la competición pasó a un segundo plano para muchos, puesto que lo realmente importante pasó a ser el carácter nocturno y desenfadado de la competición, en una jornada de «resaca» navideña que sirvió para amenizar la noche del sábado y que los oriolanos disfrutaran del buen ambiente de la jornada.