«La Noche del Océano», adaptación de la torrevejense María Lorenzo Hernández sobre un relato original de Barlow, ha sido seleccionado para competir en los premios Goya como Mejor Corto de Animación. La obra, que ya estuvo seleccionado en el Lovecraft Film Festival y fue presentada en la sala de exposiciones Vista Alegre de Torrevieja, refleja en varias de sus secuencias paisajes de la costa torrevejense. Este cortometraje de animación tiene como elemento central el dibujo y recrea con marcada sensibilidad estampas características de nuestros rincones. En muchas de sus playas y calas se inspiraron los dibujos de algunas de las escenas como documentación para configurar el corto. Cuando en la Sala Vista Alegre visioné parte del material artístico necesario para su grabación, compuesto de más de 4.000 dibujos realizados con distintas técnicas, me sacudió. Me ocurre al ver un buen cuadro. La pintura parece bailar. Miro otros lienzos y ni fu, ni fa.

Aparece en el corto un chalé en la playa de Los Locos. También la figura inconfundible en este paraje de una persona de espaldas caminando en la arena en una mañana gris. Mira por donde mi estampa sanduguera ha cruzado el charco viajando a Norteamérica y ahora va a ser visionada por el jurado de los Goya, de la mano de una paisana a quien no conozco personalmente aunque sí a su familia.

No puedo, porque no se adentrarme, en las entretelas artísticas de la obra. El argumento gira en torno al mar y al fundamental temor desde los orígenes del ser humano: La muerte.

La historia según visión de su autora está protagonizada por un pintor que pasa sus días de vacaciones en una cabaña junto al mar. Tras unos primeros días soleados e idílicos, la melancolía del cambiante paisaje le invita a percibir una serie de fenómenos extraños que culminarán con un encuentro con lo imposible.

Resulta gratificante escribir de las gentes nacidas aquí, como María hija de Manuel Lorenzo Pérez, «Manolo El Labores», uno de los artesanos de referencia la hora de trabajar la madera, al igual que su amigo Juan Alonso.

El problema está en caer en agravios comparativos porque en Torrevieja existen un buen numero de personas de la nueva generación que con esa inteligencia de los levantinos están destacándose, abriéndose paso en el difícil y sensible mundo del arte en todas sus facetas.

No hemos centrado en la cinematrografía. Es destacable el papel de Lidiana Rodríguez, directora de cortometrajes y organizadora de un certamen anual del género en Torrevieja. Lidiana es hija del «Fill», cuya familia vino de Guardamar y le alentaban cuando jugaba al futbol al grito de: «Venga adelante, fill meu». Y se quedó con el mote.

Sería aconsejable que a quienes les corresponda organizaran una acto, una gala anual o lo que se les ocurra para reunir anualmente al mundo del arte local y no sólo a sus triunfadores. Tenemos muchos paisanos que se lo merecen.

P.D.: Esta semana me he volcado en las cosas de este pueblo, Torrevieja. Ocurre que soy de pueblo y tengo el privilegio de escribir en un medio de difusión provincial.