La protesta realizada el sábado, convocada por Claro y respaldada por alrededor de 150 vecinos de Orihuela Costa para reivindicar la construcción del Centro de Emergencias, tuvo ayer la primera reacción del alcalde, Emilio Bascuñana (PP), quien mostró su predisposición a reclamar que la realización del edificio siga adelante tras el quiebra de la adjudicataria, en 2012, que dejó un «esqueleto de hormigón» en mitad del solar que albergaría las instalaciones, en la urbanización de La Zenia. El primer edil aseguró que la Generalitat, de quien depende el Centro de Emergencias al estar financiado por el Plan Confianza (dinero otorgado por el Consell para inversiones e infraestructuras municipales), «desconoce dónde está el dinero y si podrá recuperar los cerca de dos millones de euros destinados y que quedaron en el aire».

Bascuñana criticó que «nadie reclamó que se retomaran las obras» cuando quebró la adjudicataria en 2012, pese a que en este periodo el control del Consell estaba en manos del Partido Popular y fue el conseller de Gobernación, Serafín Castellano quien adjudicó la obra en 2011.

Perdido

Bascuñana aseguró que, una vez que el equipo de gobierno ha reclamado a la Conselleria que se retomen las obras, «nos encontramos con nuestro asombro porque no sabían dónde estaba el dinero y si Orihuela había perdido la oportunidad de utilizarlo».

Fue el propio Castellano quien, junto a la exalcaldesa popular Mónica Lorente, puso la primera piedra del centro en septiembre de 2010, y quien anunció que el edificio sería una realidad y comenzaría su actividad en noviembre de 2011. El proyecto inicial contemplaba reunir a Policía Nacional, Local, Guardia Civil, Protección Civil y Cruz Roja en las mismas instalaciones para coordinar las labores de emergencias entre los distintos grupos, en una zona con 25.000 residentes que alcanza los 100.000 durante el periodo estival.

Los vecinos, por su parte, llevan años reclamando su puesta en marcha para cubrir algunas de las deficiencias en materia de servicio que llevan años denunciando.. Ahora, Bascuñana anunció que «nos sumamos a estas peticiones», hasta el punto de que la edil de la Costa, Sofía Álvarez, y la de Sanidad, Noelia Grao, «secundaron la protesta el sábado», asistiendo a la misma.

Críticas

Por otra parte, la comparencia del alcalde sirvió para que éste arremetiera contra el gobierno del Consell, al sentir que «no escucha a Orihuela» ante las continuas peticiones de reunión por parte de los diferentes ediles con las consellerias relacionadas con su competencia, críticas que se realizaron tan solo minutos antes de anunciar que la edil de Bienestar Social, Sabina Galindo, se encontraba en Valencia reunida con la secretaria autonómica del área para diferentes asuntos, como el de establecer una solución para el servicio de atención temprana, o que el edil de Patrimonio, Rafael Almagro, se reunirá el jueves con Conselleria para tratar de alcanzar un acuerdo definitivo en la permuta de los antiguos juzgados tras hacer frente el Ayuntamiento a la construcción del Palacio de Justicia, competencia del Consell.

Lo que el primer edil reclama «es que nos atiendan los conselleres, y no secretarios o directores de área, que en algunas ocasiones son incluso hasta equivocados», aunque reconoció que «hay conselleres que sí reciben de forma ágil pero hay otros que pasan de Orihuela porque ni siquiera contestan» a las peticiones de reunión, y puso el caso de Mónica Oltra, en el área de Bienestar Social como ejemplo, pues Galindo fue atendida ayer por la secretaria autonómica en lugar de por Oltra.

A pesar de todo, Bascuñana insistió en que seguirá pidiendo audiencia a las distintas consellerias para «trasladar las necesidades de los oriolanos» al gobierno valenciano.