Una agente de la Policía Nacional resultó ayer herido con una pierna rota tras mediar en una pelea que tuvo lugar en un bar del barrio de San Antón, en Orihuela, poco después de las 19 horas de la tarde de ayer. El motivo del conflicto inicial, según ha podido conocer este diario, se produjo cuando el exmarido de una mujer vecina del barrio, arremetió en el establecimiento contra la actual pareja de ésta, por lo que los allí presentes llamaron a la Policía Nacional para que mediara en el conflicto, que según apuntaron ayer testigos presenciales a este diario, «fue de gran crudeza, pues volaban hostias como panes».

Tanto es así que la llegada de la patrulla de la Policía, lejos de calmar al agresor, lo enfureció aún más arremetiendo contra el agente, que acabó con la tibia rota al mediar en la pelea por, según testigos, «un sillazo».

El agente fue trasladado al Hospital tras ser atendido por una unidad del SAMU, donde tendrá que ser operado en la pierna, dada la gravedad de la fractura. Pese a que al lugar también fue trasladada una unidad de Soporte Vital Básico, desde el Centro de Información y Coordinación de Emergencias apuntaron ayer a este diario que ninguna otra persona tuvo que recibir atención sanitaria por las heridas ocasionadas por la reyerta.

Patrullas

Tras la agresión, dos patrullas de la Policía Local se trasladó hasta el lugar de los hechos para prestar apoyo a la Policía Nacional mientras que el equipo sanitario atendía al agente herido, aunque no tuvo que intervenir en el desarrollo de la reyerta.

Según fuentes policiales, ésta se saldó con un detenido, el agresor del agente, sin que se realizara ninguna otra intervención por parte de las autoridades, pese a que los ánimos estaban muy caldeados en los alrededores.

El suceso tuvo lugar en uno de los barrios más conflictivos de Orihuela, en San Antón, donde se dan lugar numerosas reyertas e intervenciones policiales por delitos menores o tráfico de estupefacientes, pese a que todos los vecinos condenaron ayer la agresión ya que «no se había visto nunca nada igual», apuntaba una vecina, completamente sorprendida de lo ocurrido, en lo que calificó como una «batalla campal».

«Ya no se respeta ni a la Policía», condenó ayer otro de los curiosos que se acercaron a la zona a ver en primera persona lo ocurrido.