El Ayuntamiento de San Miguel de Salinas, según recordaban ayer los recurrentes, tardó la friolera de 17 años en aprobar el documento urbanístico que, esperaban, fuese «equilibrado y sostenible en consonancia con la realidad económica y la población del municipio y respetuoso con la conservación del privilegiado entorno natural con el que contamos». Cuando vieron el resultado, era un proyecto para crecer hasta los 100.000 vecinos. M. A.