Torrevieja cerró anoche sus fiestas y, como es tradicional, con la patrona, la Virgen de la Inmaculada, como gran protagonista de una última jornada marcada por la devoción y en la que su procesión por el centro de la ciudad marca una festividad que tiene sus últimos actos centrales a última hora de la tarde entre velas encendidas y un espectacular castillo de fuegos artificiales que se lanza en su honor.

Los actos de este último día de fiesta se abrieron con la tradicional diana entre chocolate y música. A mediodía sí hubo «mascletá» festera en una ciudad que ha estado llena estos días de visitantes al amparo del Puente de la Constitución y de una buena temperatura por encima de los 20 grados que animó la jornada. Cuando la mayoría de visitantes se marchaba tras cuatro días de descanso, comenzaron los actos patronales, con la misa en la parroquia que dio paso, entre repiques de campanas, banda de música y cientos de fieles, al inicio de la procesión.

La imagen, sobre un trono de nubes, emocionó a la salida del templo a la mayoría de asistentes que, con cirios en las manos, abrían el cortejo de fieles. Entre los asistentes no se encontraba el alcalde, José Manuel Dolón, poco amigo de mezclar a ambas instituciones, en cambio sí lo hacían los ediles Soler, Samper y Blanco, por parte del equipo de gobierno, y Eduardo Dolón encabezando una amplia representación de la oposición. Desde la Plaza de la Constitución, se dirigieron por Caballero de Rodas hacia Clemente Gosálvez y desde allí al Paseo Vista Alegre, donde se produjo uno de los momentos más esperados cuando se lanzó un espectacular castillo de fuegos artificiales, con la Virgen mirando al mar y, al mismo tiempo, esta bendiciendo a los marineros, como manda la tradición. De regreso al templo, por Joaquín Chapaprieta, Vicente Blasco Ibáñez y de nuevo Caballero de Rodas, se fue cerrando la jornada.