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Zona cero en la pinada de Redován

Más de 15.000 pinos arrasados por la plaga del Tomicus destruens han sido triturados - Los trabajos de reforestación comienzan en dos zonas

Buena parte de la ladera del entorno de la ermita ha dejado de ser de color gris tras arrancar miles de árboles afectados por la plaga.

Más de 15.000 pinos han desaparecido de la Sierra de Redován en el último mes. Son parte de los árboles que han sucumbido a la plaga del Tomicus destruens. Ahora han quedado reducidos a pequeñas astillas al pasar sobre ellos una máquina retroexcavadora que los ha devorado. Es la zona cero de la pinada. En total se han eliminado los ejemplares muertos de 20 de las 40 hectáreas en los que han perecido. El resto del trabajo habrá que hacerlo a mano mediante brigadas forestales.

Con esta actuación se ha conseguido crear una capa vegetal y preparar el terreno para un plan de reforestación que ya está en marcha, destruyendo los árboles que estaban secos, reduciendo el peligro de incendio y ayudando a frenar la expansión de un insecto que ha devorado miles de pinos en la Vega Baja. Redován ha sido la más afectada por la plaga y tuvo que iniciar un proyecto pionero al emplear esa máquina conocida como araña, que se adentra en el macizo rocoso y asciende por el escarpado entorno para fulminar los árboles sin vida. La actuación ha costado 69.000 euros, pero todavía se precisa una partida presupuestaria casi mayor para acabar con los miles de árboles que todavía tiñen de color gris un espacio que hasta hace dos años era de un verde intenso.

La Sierra se ha dividido en cuatro zonas de actuación, aunque esta máquina sólo ha trabajado en dos de ellas, que son las que van desde la cantera hasta la parte derecha superior del cementerio, y desde allí hasta el barranco que hay junto a la piscina municipal. Ahora toca seguir arrancando árboles de las otras dos zonas, que son la que va desde Iris Cristal hasta la cantera y la que se extiende desde la piscina municipal hasta el Rincón de Redován. En el primer caso la máquina no ha podido acceder porque existen reservas de flora que están protegidas y resultarían dañadas. En el segundo porque los árboles afectados se encuentran diseminados entre otros muchos que sí están vivos y se verían perjudicados. En esas dos áreas y en las partes más altas de la montaña habrá que actuar talando los árboles para trocearlos y bajarlos de la Sierra.

El concejal de Medio Ambiente, Ramón López, aseguró que la Generalitat ha mostrado su compromiso de aportar soluciones para poder llevar a cabo esta actuación que es vital para que la plaga, que se suele activar en verano, no siga arrasando la pinada.

Según los técnicos de Diputación, el Tomicus actúa en mayor medida en los meses de sequía y se reproduce con más facilidad cuando se registran altas temperaturas, sobre todo en julio, agosto y septiembre. Desde el consistorio esperan que para ese entonces los pinos afectados ya hayan sido retirados en su totalidad y, entonces sí, seguir reforestando la Sierra para que recupere el color verde que nunca debió perder.

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