Carlos Ramírez no se muestra nada preocupado, es más, le da lo mismo si un magistrado lo tiene que juzgar por estos hechos. «El partido lo sabe todo y yo no dimito por esto, me lo pida quien me lo pida. No estoy preocupado ni mucho menos y este asunto me da hasta vergüenza».
El regidor asegurará que para rebatir el informe del fiscal Romero aportará en su defenso los testimonios de dos concejales, uno de Redován y otro de Guardamar del Segura (se entiende que éste último del anterior mandato porque ya no gobierna el Partido Popular), donde se sigue un protocolo muy similar para el pago de subvenciones a entidades deportivas, como es el caso. «Si a ellos no los acusan no entiendo por qué a mí sí. Esto es un asunto político en el que no hay nada más. Aquí no se ha producido ninguna ilegalidad ni se ha desviado ni un solo euro. Yo en este asunto, como en el resto, siempre he sido muy transpartes sobre cómo se tiene que realizar la gestión pública».
Ramírez añade que desconoce en qué situación procesal se encuentra la denuncia, que se tramitó contra él por el PSOE, formación que no se personó en las actuaciones después de que les exigieran un aval al que no podía hacer frente. «No sigo ese asunto ni le pregunto a mi abogado. Él se echa las manos a la cabeza con el escrito del fiscal. Si me tienes que sentar en el banquillo, lo haré; si me condenan, recurriré; y si al final la sentencia es firme me marcharé a mi casa. Yo no he venido para quedarme en el sillón toda la vida, pero esto de que se me acusa no es un delito ni nada».
