Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«El día que la Vega actúe como comarca ganaremos todos»

Rebosa este hombre orgullo de maestro, palabra que le ensancha el alma por preciosa

«El día que la Vega actúe como comarca ganaremos todos» VICENTE MUÑOZ

Con su sempiterna pajarita y recuperado una grave enfermedad, sigue dando clase en su colegio de siempre en Orihuela y le echa horas y horas a nuevos trabajos literarios. «Un Republicano en Orihuela del Señor», su último libro publicado, es novela que le ha servido para recuperar de la cuneta de la desmemoria a un oriolano, uno de esos héroes invisibles, que durante la Guerra Civil salvó la vida de cientos de personas. Pero su actividad cultural no sabe pararse. «En unos meses saldrá a la calle mi segunda novela histórica, también situada en la Guerra Civil: "Pincelito"», uno de los personajes más siniestros que dio en aquella época la Vega Baja.

¿Cuál es la visión que tiene Muñoz Grau de Orihuela, su ciudad, y de la Vega Baja en estos momentos?

Este PP que nos gobierna no es aquel contra el que tuvimos que remar entonces. Está claro que se ha producido una renovación y que ésta la necesitaba el partido y también Orihuela. El tiempo dirá si ha sido suficiente. Habrá que ver... Con treinta años perdidos a Orihuela la veo con casi todo por hacer. Y en cuanto a la Vega Baja, pienso que tiene demasiados ombligos. El día que actúe como comarca ganaremos todos.

¿De dónde surgió su voluntad de liderar distintos movimientos de cambio en su ciudad y la Vega Baja?

Nací en Orihuela, que tiene tela, y como creo que una persona se debe comprometer con el momento social que le toca, pues eso, he sido portavoz de la «Comisión «Pro-Fundación Miguel Hernández en Orihuela», «Pro-Río», «Pro-Campus», «No Así» (que logró enterrar el trazado supersur del AVE por el que apostaban los promotores urbanísticos) y de alguno más. El detonante siempre es el mismo: los movimientos sociales los ponen en marcha los «nopolíticos» y en Orihuela, según los juzgados y los treinta años perdidos, en general, menos políticos de verdad, hemos tenido casi de todo.

Curtido en batallas difíciles, también en cuestiones de salud propias, ahora le toca pedir habitaciones individuales en un hospital como el de la Vega Baja...

Se ha recortado tanto en Sanidad que hay que empezar a mover el árbol. Mira, los Reyes Magos no existen. Y mi pregunta es: ¿por qué en tiempo de recortes siempre sale perdiendo la Vega Baja con respecto a otras comarcas? Culpa de los ombligos que decía antes. Quienes están en contra de esta movilización espero que tengan la decencia al menos de presentar una alternativa en los despachos y en la calle. Pero lo cierto es que si este colectivo no hubiera dado el primer paso no se estaría hablando ni de esto ni de lo otro. En el ochenta y cuatro el PSOE hizo el hospital y los votos se los llevó el PP de Luis Fernando Cartagena, y por muchos años además. Aunque algunos ya están con el culo al aire, espero que esta vez haya un poco más de inteligencia política.

Orihuela siempre ha sido un granero de votos del centro derecha con una gran singularidad al margen del panorama nacional, salvo el paréntesis del bipartito en minoría de 2011-2015, ¿cuál es la razón?

Más que un fenómeno sociológico, en eso también ha tenido mucho que ver la supuesta izquierda que hemos tenido y que tenemos, que no se hayan ganado nunca unas elecciones en Orihuela dice mucho porque cuando hay tantas cosas que se tienen que reivindicar en la calle, gobierne o no la izquierda, la pregunta es: ¿dónde está esa supuesta izquierda? Un ejemplo: que te enseñe Vertivega el álbum de fotos con los lixiviados de la Murada de los últimos ocho o diez años. Mira, apoyarse en los colectivos para llegar al poder y luego darles la espalda, como ha ocurrido demasiadas veces, no tiene futuro. Y esa es una lección de parvulario político.

Dicen que cuesta mucho que la gente de la Vega Baja se movilice por una causa...

Mi experiencia no ha sido esa. Si hay un motivo, y siempre lo hay, si hay pedagogía y la movilización la encabeza gente con credibilidad, y los colectivos desde Rojales a Orihuela la tenían, la gente responde. Ocurre que muchas veces algún inútil político se ha agarrado a esa frase como si fuera su salvavidas y hay tanto inútil político por ahí que esa frase se oye demasiado. Eso es una forma de desmovilización.

Suele decir que el sistema democrático tiene muchas carencias todavía a nivel de las administraciones locales.

Sí. Es evidente que hoy necesitamos una Constitución que acabe con los privilegios de unos pocos y que, además de los deberes, que hoy es lo único que se nos recuerda machaconamente, ponga en valor los derechos de los ciudadanos. En las administraciones pequeñas es donde se ven más estos agujeros. Un ejemplo: creo que las listas abiertas nos ayudarían a aproximarnos a la política y a que los políticos se aproximen a los ciudadanos...

¿De qué sirvió la movilización contra la contaminación del río Segura?

La lucha enriquece y siempre sirve para algo, en lo personal y en lo social. Una sociedad que se duerme, sueña, eso seguro, pero no lleva a cabo sus sueños. Hemos hecho política en la calle, y política de la buena. El primer objetivo, que era despertar y educar a la gente en la defensa del río y de sus derechos, se logró. Unir a la comarca, también. Y en cuanto al saneamiento del río, ahí está. Es impresionante ver vida en el Segura. Todavía me emociono. Pero hay que estar alerta: se ha saneado el río pero no las instituciones que lo reencauzan todos los días, y el problema sigue ahí.

¿Qué fue de las denuncias judiciales del robo del agua de la cuenca del Segura y de los vertidos contaminantes?

En el 2003 se ganó en el Supremo el cierre de los pozos de Calasparra; una golfería que dejó sin caudal ecológico al Segura y que, en otra golfería, sustituyeron por vertidos. Ya ves... Catorce años robando agua a razón de once hectómetros cúbicos anuales les costó tres mil euros de multa. Cinco veces menos que les pusieron de costas en la Audiencia a los colectivos personados en el proceso abierto en Orihuela por una jueza. Pusimos en evidencia a muchas instituciones pero también a la justicia. El culo de esta Democracia se ve mejor en los juzgados.

Usted incluso denunció como sospechoso el accidente mortal de una letrada que llevaba el caso del robo del agua... ¿Lo mantiene todavía?

A la propia Guardia Civil le pareció un accidente extraño y es lo que desató las sospechas. No sé. Lo que si sé es que a vecinos de Lorca les cruzaron el coche en un camino y les amenazaron de muerte. Sé que entraron en la casa de gente del Chopillo y la llenaron de pintadas y amenazas. A mí me llevaron a los tribunales por denunciar el robo del agua en Cieza. Hubo de todo. El robo del agua y la mafia del agua son términos de un informe del fiscal Valerio que, por cierto, paraliza la Fiscalía General del Estado. Una iniciativa que explicó entonces muchas cosas.

¿Se pudo demostrar de alguna forma que la contaminación del río que denunciaban tuvo incidencia en la salud de las personas que viven junto a la ribera?

Serafín Castellano, conseller de Sanidad con Eduardo Zaplana, a una pregunta del PSOE, dijo en las Cortes que en la Vega Baja el cáncer había aumentado un 500%. Cuando intentamos conseguir el estudio, que los pagamos los ciudadanos, lo escondieron. Recuerdo a Zaplana dando órdenes a sus alcaldes en el Área 20 de Salud para que no se hablara «de ese tema». Con los informes que teníamos de los vertidos de las curtiembres de Lorca, cromo hexavalente, qué esperas... Mi pregunta es otra: ¿Qué es terrorismo de Estado?

Deme una opinión sobre el Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo-Segura...

Yo soy de los que opinan que Franco ganó la guerra, la posguerra y la Transición. Y eso se nota especialmente en aquellas instituciones relacionadas con el agua. Si la Democracia está resultando ser una coartada perfecta para privilegiados y golfos, imagínate en el mundo del agua. Ya he puesto antes un ejemplo: catorce años robando, tres mil euros de multa. Hay que «entrar a saco», y entiéndase democráticamente, en las confederaciones hidrográficas. Ahí está la madre de todos los corderos.

¿Tiene posibilidades la petición de declaración de la huerta y de su sistema de riego como Patrimonio de la Humanidad?

Hubo un momento que hasta los sindicalistas de la agricultura animaban a los huertanos a vender para plantar tejas. Mucha gente se hizo rica con la mierda. Pasa siempre. ¿Patrimonio de la Humanidad? Razones hay, pero excepto los ciudadanos nadie hace nada. La política aquí es un gran ombligo. Podría cambiar el día que alguien levante la vista de su propio ombligo y, con esa nueva perspectiva, descubra el gran negocio que esconde esa declaración.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats