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Crónica de una muerte anunciada

Patrimonio Histórico valla la Casa del Minero para evitar accidentes mientras su degradación aumenta

Crónica de una muerte anunciada

La Casa de los Mineros, uno de los patrimonios oriolanos pendientes de declaración y protección, ha sido vallado para evitar cualquier tipo de accidente porque hasta él no sólo llegaban personas para conocer el edificio cargado de historia, sino también excursionistas y jóvenes, y el avanzado estado de ruina en que se encuentra ha obligado al equipo de gobierno a instalar una valla como medida de precaución, según aseguró la edil Begoña Cuartero, quien dio la orden desde el área de Patrimonio Histórico. Como se recordará, parte del techo se vino abajo en septiembre de 2014 después de unas fuertes lluvias, y lo que queda no se encuentra en mejor estado.

El deterioro de esta construcción, situada sobre el barrio de San Antón, no ha tenido respuesta alguna por el Ayuntamiento, pese a que en mayo de 2011 el Partido Popular, entonces en campaña electoral, anunció un proyecto para reabrirlo.

El edil Rafael Almagro aseguró a INFORMACIÓN sobre este inmueble que «el riesgo de desplome de la fachada es alto. Yo mismo lo constaté hace un mes cuando visité la zona».

Ante esta situación, al Ayuntamiento no le ha quedado otra que colocar una valla para, entre otras cosas, curarse en salud. El vallado de chapa metálica cubre todo el perímetro de la Casa del Minero, aunque no el resto de construcciones que se encuentran alrededor, como la chimenea del antiguo horno.

La intención, según Almagro, pasa por rehabilitar el edificio, si bien admitió que en la actualidad «no existe ningún proyecto», ni siquiera para reforzar la fachada o recuperar tanto una pared, que se encuentra en riesgo de caída, como recuperar el techo que se desplomó. «Se trata de una de las prioridades de este equipo de gobierno, pero aún no sabemos de qué presupuesto va a disponer la Concejalía de cara a 2016 y si con el dinero que tengamos se podrá hacer algo».

La estructura metálica rompe así con el encanto del paisaje, con la idílica vista de la sierra y del palmeral que puede observarse desde el mirador del túnel o desde la nacional 340. De hecho, la distancia de seguridad desde la fachada hasta la valla, ante el peligro de derrumbe, corta el sendero que une la Casa de los Mineros con el mirador y la bajada al barrio de San Antón, obligando a los senderistas a sortear la pendiente de la montaña en un estrecho tramo que, en algunos tramos, no es fácil de realizar.

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