Escrupuloso, riguroso e impecable fueron tres de los adjetivos que utilizaron ayer tanto el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana (PP); como el edil de Contratación, Paco Sáez Sironi, para defender una decisión que la junta de gobierno del Ayuntamiento de Orihuela, en sesión extraordinaria, acababa de tomar en relación al expediente de la ORA (Ordenación y Regulación del Aparcamiento) que fue aprobar la adjudicación provisional a propuesta de la Mesa de Contratación y que está integrada, de forma exclusiva, por técnicos, no por políticos.

Desde que el 11 de noviembre se precintaron los parquímetros, el retraso en la adjudicación ha pasado factura y desgaste al equipo de gobierno del PP y ayer el alcalde admitía que tanto el comercio como muchos vecinos se están quejando desde ese día de que el estacionamiento en el centro de la ciudad sea gratuito y, consecuentemente con ello, muchas personas no mueven el coche en días y nadie puede aparcar.

Pero la negativa del interventor, Fernando Urruticoechea, a dar por bueno el procedimiento administrativo que se siguió en un informe que éste realizó tras volver de una baja prolongada, fue lo que terminó por desquiciar el equipo de gobierno después de que se sembrara la duda de que estuvieran realizando un expediente sospechoso de legalidad ya que este pidió revocarlo por completo. Pese a todo, ayer se dio un paso adelante por adjudicar la zona azul a Setex Aparki, pues ese fue el acuerdo que se adoptó al ser la mercantil más valorada de las ocho y se descartara a una por una oferta por baja temeraria sin justificar. Ahora la empresa tiene un plazo de diez días para presentar toda la documentación, aunque este se recortará al máximo para, en una nueva junta extraordinaria, proceder a la adjudicación definitiva. Ahora bien, el interventor tendrá que realizar un nuevo informe y, a tenor de lo que planea por el Ayuntamiento de Orihuela, su parecer no cambiará. Lo que suceda entonces, se desconoce aunque el propósito del gobierno es cerrar este capítulo ya. El alcalde y su edil también admitieron que el retraso en la adjudicación no se sabe qué repercusión tendrá sobre los trabajadores de Esma Park -la anterior concesionaria- y que tendrían que subrogarse con la nueva pero que ahora mismo están fuera. «Estamos intentado que el final sea el mejor para ellos», dijo Bascuñana.