El Ministerio de Fomento, a través de la Dirección Provincial de Carreteras, ha comenzado esta semana a realizar una mejora en la seguridad de la nacional 340 a su paso por Orihuela, concretamente a la altura del túnel, donde se está colocando una malla de acero de hasta 12 metros de altura, en algunos tramos, y de casi 300 metros de longitud para evitar la caída de piedras de gran tamaño a la calzada.
El sistema permite que estas se queden «atrapadas» detrás de esta red metálica hasta su posterior retirada. Lo curioso del caso es que la carretera nacional presenta el mismo aspecto desde hace años sin que esta mejora, que parecía necesaria por cómo se encuentra el terreno, se hubiera hecho mucho antes.
La actuación se realiza tras un informe técnico que, al parecer, ha detectado un debilitamiento de algunos tramos de la ladera lo que, unido a la sequedad de un terreno sometido de forma puntual a lluvias prácticamente torrenciales y a la desaparición de los cientos de pinos que han sido atacados por la placa del «tomicus destruens», quedando completamente secos y abandonados a su suerte, constituye todo ello un grave peligro para la seguridad vial. Una fuente apuntó la posibilidad de que este trabajo sea previo a la retirada de pinos secos evitando que las piedras caigan a la carretera durante los trabajos.
Colas
Los trabajos han necesitado de la presencia de un equipo de montañeros que, literalmente, han tenido que colgarse de la pared sobre la cual se tenía que anclar las sujeciones de la malla de acero y, al mismo tiempo, ha obligado a cortar la carretera en uno u otro sentido para facilitar las operaciones de la brigada que no eran nada fáciles porque en el tramo donde se ha actuado apenas existe un arcén en condiciones. Todo ello ha ocasionado retenciones en ambos sentidos que fueron especialmente importantes durante la jornada de ayer.
