De Museo de la Semana Santa a edificio municipal polivalente. El Ayuntamiento tiene previsto reservarse dos de las cinco plantas y uno de los tres sótanos del edificio concebido hace más de cinco años para albergar exclusivamente el nuevo Museo de la Semana Santa, para acoger dependencias municipales. Ayer la junta de gobierno aprobó la petición para la adaptación de estas dependencias como locales administrativos municipales -aunque sin dar detalle en la posterior comparecencia de la edil portavoz del gobierno Fanny Serrano de qué dependencias ya no serían para el museo-.

Muchos de esos servicios municipales están ahora ahora ubicados en locales alquilados por un montante de al menos 250.000 euros anuales. El proyecto, concebido por el arquitecto Javier García Solera y financiado por la Generalitat con un plan Confianza, está ubicado en la Avenida de las Habaneras junto al Palacio de Justicia, tiene un coste de seis millones de euros y todavía está pendiente de las últimas obras de finalización, paralizadas por el impago del Consell a la adjudicataria OHL, además de una modificación para la construcción de un transformador que permita dotarlo de energía y no previsto inicialmente.

La decisión del equipo de gobierno de izquierdas no ha sido recibida de buen grado por los responsables de la Junta Mayor de Cofradías (JMC), que ni tan siquiera conocían hasta ayer por la tarde esa reserva de dos plantas y un sótano. Lo cierto es que desde que se puso la primera piedra del proyecto, en mayo de 2010, y hasta junio de 2015, la previsión de esta entidad que todo el inmueble se utilizara para albergar el patrimonio religioso de las 14 cofradías que desfilan en Torrevieja. La primera y segunda planta para la exhibición de pasos. Incluso cuenta con un ascensor de grandes dimensiones para traslados. La tercera y cuarta estaban diseñadas, hasta el último detalle, para albergar el espacio museográfico para este tipo de patrimonio con orfebrería, tallas en madera, y bordados. La quinta se iba a destinar a despachos, una sala de juntas y labores administrativas de la Semana Santa. El primer sótano como sala de exposiciones y capilla, el segundo como almacén de material de la propia JMC y el tercero era la única dependencia que la JMC ya tenía amortizada para uso de almacén municipal.

El presidente de la JMC Jesús Sánchez Seva se preguntó ayer públicamente qué se pretende hacer con este edificio. «El planteamiento y características del proyecto se diseñaron para albergar el patrimonio de la Semana Santa», dijo y se mostró «sorprendido» al conocer la decisión, ya que el pasado 19 de noviembre, en la reunión que se mantuvo en el Ayuntamiento con el alcalde José Manuel Dolón y el edil de Cultura, Alejandro Blanco, «no se nos trasladó ninguna información más allá de incidir en que las obras no estaban terminadas porque no se había pagado a la empresa y que confiaban en que su finalización se produjera en el segundo semestre de 2016». El alcalde sí que manifestó a la JMC que los nuevos responsables autonómicos consideraban este edificio como un espacio para «guardar maderas». Sánchez recordó que la Junta Mayor es «la entidad con probablemente mayor número de socios en Torrevieja y la que organiza una de las Semanas Santas más significativas de la provincia», y reivindicó «tal y como ha hecho siempre fuera cual fuera el color político del gobierno», que el museo se concluya y «se destine para el fin que se proyectó».

Utilidad

«Si lo que se pretende -señala Jesús Sánchez haciendo uso de las palabras de la concejal Fanny Serrano- es optimizar el edificio y dotarlo de utilidad, qué mejor que albergar en él el importante patrimonio de la Semana Santa de la ciudad». Elementos, subraya la Junta Mayor, que más allá del carácter religioso constituyen exhibiciones artísticas de disciplinas tales como la talla en madera, la orfebrería o los bordados.

«Sería muy reduccionista pensar en este Museo como un lugar para guardar santos y no como un espacio de promoción turística y cultural de una manifestación que congrega a miles de personas». El presidente invita públicamente al nuevo equipo de gobierno a visitar el museo actual, que data de 1991 y también es municipal y «comprobar la saturación de espacio que se vive» . Sánchez Seva pide al gobierno «que no hagan valer exclusivamente sus creencias personales», y «que piensen que son también el gobierno de aquellos torrevejenses que somos creyentes, manifestamos libremente nuestra fe en las calles de Torrevieja y queremos sentirnos representados y arropados por quienes nos gobiernan».