La Parroquia de la La Inmaculada Concepción estrenará un espectacular órgano de 700 tubos durante la primera mitad del año 2016 -la previsión inicial es que fuera para Semana Santa, pero lo más probable es que se retrase hasta mayo-. Es un proyecto en el que está embarcado el templo arciprestal desde hace más de una década, según explica el párroco Manuel Martínez Rocamora.
No será un órgano al uso. Con siete metros y medio de ancho ha sido adaptado especialmente a la disposición espacial del coro de la iglesia. Los dos objetivos a salvar eran la vidriera central que toma la luz de la fachada principal con la imagen de la patrona Inmaculada Concepción, y el espacio que debe seguir albergando las actuaciones de las corales que, parte esencial de la tradición musical en Torrevieja, participan asiduamente en las celebraciones litúrgicas.
El maestro alicantino Luis Miguel Rico, uno de los pocos artesanos organeros que sigue trabajando en la Comunidad Valenciana, es el creador y responsable del nuevo órgano torrevejense. En su taller de Hondón de las Nieves ha estado alternando este proyecto ex novo con otros trabajos de restauración, y a él se ha dedicado en los últimos dos años. Del complejo proceso creativo que supone el diseño y construcción de un órgano nuevo destaca como momento especialmente crítico la primera toma de contacto con las medidas de la sala, ya que las limitaciones de espacio, sobre todo en los coros de iglesia que suelen ser sitios estrechos, repercuten en el diseño del mueble del instrumento. El de la Inmaculada, con estructura de desarrollo horizontal, contará con una consola, centro neurálgico de todo órgano donde se instalan todos los controles de las teclas y del conjunto de tubos, y tres teclados. Un proyecto pagado ya casi en su integridad con las cuestaciones realizadas en los últimos años por valor de unos 130.000 euros.
Acabado en el taller de organería de Rico Sala, los artesanos organeros se encuentran desde hace cinco meses trabajando ya en el montaje e instalación de mueble, tubos, consola, teclados y demás componentes en el coro del templo parroquial. Tarea compleja que ha debido salvar el deterioro que los técnicos encontraron en la estructura de este espacio en altura. Situado sobre la puerta principal de acceso, tras la instalación del instrumento deberá soportar un peso adicional de 3.000 kilos. Tras el incendio que destruyó la iglesia en 1936 el templo se reconstruyó con materiales muy pobres. En esta zona las vigas son raíles rescatados del ferrocarril de las salinas de Torrevieja. El arco ha sido reforzado para alojar todo el mueble concebido en maderas nobles... cedro, fresno, roble. Una vez adaptado a su espacio «al milímetro», la instalación culminará con la terminación tonal en la que se revisa y ajusta cada tubo según la acústica de la sala.
Artesano
El aspecto del órgano, reconoce el maestro artesano, está en consonancia con estilo arquitectónico del interior de la iglesia, pero sobre todo tiene un tono «centroeuropeo». «Torrevieja no es solo sol, playa y discoteca», en la ciudad, explica Rico, confluyen numerosas comunidades y nacionalidades y en muchas ocasiones la iglesia se convierte en centro ecuménico, además «hay una gran tradición de música para órgano en Alemania, Gran Bretaña o los países nórdicos».
Ante las posibles críticas de quienes vean como exceso la adquisición de un órgano de estas características, sobre todo para un templo que siempre ha destacado por su sencillez, el maestro esgrime su innegable potencial cultural además de su uso para solemnizar celebraciones litúrgicas. «Un órgano como éste se puede convertir en polo de atracción de música clásica de calidad, en un foco de atracción cultural», dice Luis Miguel Rico mientras recuerda que hace solo unos días un ciclo de música para órgano ha abarrotado la basílica de Santa María de Elche.
