En una no tan reciente tertulia en el Casino de Orihuela, a la que acudí invitado por don Pablo Vidal, se trató el asunto de qué hacer con el AVE en la ciudad. Era un buen punto de partida, pero me parece que como planteamiento se queda corto. Al final cerramos la fecunda jornada con un runrún incómodo que dejaba en el ambiente la sensación de que esta infraestructura iba a limitar el desarrollo urbano y las expectativas económicas que lleva parejas. Si ese es el sentir general seguiremos cometiendo los mismo errores que han llevada a este pueblo a la situación actual de retraso, fealdad y falta de oportunidades.

Coincido, y lo siento si a alguno le escuece, con Karlos Bernabé en que el verdadero factor limitante es y debe ser la huerta, porque tiene valor en sí misma a pesar del destrozo que hemos cometido en toda la Vega Baja. El AVE nos tiene que servir para reflexionar sobre cuáles han ser de verdad las acciones que necesita nuestra ciudad y el resto del municipio

Considero un error apostar por invadir más territorio allende la estación cuando el centro histórico y gran parte del núcleo urbano está despoblado y con serias señales de marginalización y depauperación. Nos estamos transformando en una ciudad gueto donde es muy difícil que prosperen los negocios por falta de densidad mínima poblacional. Las bolsas de suelo están dentro de la ciudad, no fuera.

Debemos apostar por identificar las singularidades urbanísticas de la ciudad y potenciar su valor, así como buscar formas de erradicar la degradación socioeconómica que asola gran parte de los barrios. Antes de seguir con el Plan General es precisa una reflexión sobre las líneas maestras, y ser muy ambiciosos. Tenemos hitos que sirven de referencia, del mismo modo que nos condicionan poderosamente, como son la peña de San Miguel con el Seminario y todo el cordón de la sierra; el río, cuya solución, denunciaba Rafael Martínez Campillo, difícilmente puede empeorarse y que ha generado multitud de espacios indeseables y poco transitables; el casco antiguo, prácticamente muerto, que debiera ser curado recuperando los elementos más originales y apostando por un rejuvenecimiento de su población. Si la ciudad se expande ilimitadamente no hay posibilidad de poner en valor estos entornos.

Orihuela es una capital histórica, aún conserva bastante patrimonio aunque deslavazado y mal atendido, es desde esa premisa básica cómo hay que plantear qué hacer y cómo hacerlo. O somos o no somos una ciudad de servicios, pero esta bajada a los infiernos que significa la proliferación de comercios asiáticos de bajo coste se compadece poco con lo que entendemos debe distinguirnos, ¿o ya hemos tirado la toalla de la calidad y la excelencia? Esto supone que quien nos visite tiene que encontrar estampas que le lleguen al alma, como la imagen que se ve desde la carretera de Beniel, semejante a un belén. El desarrollo no significa matar las peculiaridades sino resaltarlas; Ociopía es un navajazo en la cara este que no debe repetirse en otros lugares.

Se han hecho muchas cosas mal, casi todas, pero podemos cambiar el curso. Algún apunte a vuela pluma:

? Terminar la Ciudad Deportiva en la zona de las Espeñetas eliminando esas calles vergonzosas por donde no cabe un coche, hijas del urbanismo más depravado.

? Plan especial para el Palmeral, San Antón y el Rabaloche, que tienen quedar unidos por la zona de la cantera, cerrando la ciudad por su cara norte mediante rutas verdes y un urbanismo de calidad que respete las condiciones históricas y geográficas.

? Reordenación urbana del degradado eje Santo Domingo iglesia de Santiago.

? Planes para mejorar parques y jardines, con un aumento de la masa verde en calles y bulevares, apostando por una ciudad más libre de coches. Una idea concreta que ya propuse: peatonalizar la calle Aragón en su tramo con el parque de la Ocarasa, fácil y barato, no afecta a ninguna cochera. Otra, negociar con LiDL la posibilidad de una operación urbanística que aproveche todo ese suelo en medio de la ciudad, ahora infrautilizado, feo y sucio. El propio centro comercial se vería agraciado.

? Restauración del palacio de Rubalcava para uso como oficina de turismo y protocolo municipal.

? Plan de instalaciones e infraestructuras con doble finalidad, preservar mediante el uso edificios con valor patrimonial y enriquecer la oferta, integración y cohesión de la ciudad, llevando los mejores colegios, centros médicos, sociales, servicios o entes empresariales a las zonas marginadas para generar oportunidades y flujos económicos, culturales y sociales.

Hay mucho más, pero lo dejo aquí porque da igual. Un saludo señor alcalde, nos vemos en la sierra.