«A partir de ahora todos los vecinos quedan avisados, que nadie venga luego diciendo que no lo sabía». Eso dijo ayer el alcalde, José Manuel Dolón (Los Verdes), quien ha hecho público un bando para recordar la ordenanza que sanciona a los dueños de perros que no retiren las deyecciones de los animales de zonas peatonales. Se enfrentarán a sanciones de 750 euros y, si son reincidentes, hasta 3.000. «Y si lo son, además de cochinos serán tontos», remarcó. A la publicación del bando, que se va a difundir en todas las instalaciones y asociaciones, se le suma una campaña de concienciación de la concesionaria de la recogida de basura que va a invertir 28.000 euros en publicidad para pedir a los vecinos civismo con estos residuos.

La ordenanza es la misma y recoge esas sanciones desde hace años. Y la campaña es una obligación anual establecida en el pliego de condiciones de la contrata -de hecho repite imagen de 2014-. Lo que sí es algo nuevo es que el primer edil haya hecho pública la orden que ha dado al intendente de la Policía para que «se tome en serio» el cumplimiento. Y es que el número de sancionados hasta ahora por incumplirla es casi irrelevante. Los excrementos se acumulan en viales y zonas verdes y se convierten además, dijo el alcalde, en un problema sanitario.

«La falta de civismo de los que incumplen esta ordenanza provoca mucho malestar entre los vecinos, no solo por las molestias que son más que evidentes, sino porque además cuando un ciudadano señala al infractor y le dice que debe de recoger los excrementos el aludido aún esgrime que tiene derecho, que paga sus impuestos y suele adoptar una actitud que, a veces, es incluso agresiva», agregó el acalde, quien reconoció la dificultad de sancionar porque hay que pillar la infracción en el momento de producirse.