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«Aunque seas pobre siempre puedes ayudar»

Carmen Charcos en la parroquia de La Purísima. vicente muñoz

No sólo se ayuda a quienes más lo necesitan entregándoles dinero, y eso es algo que sabe bien Carmen Charcos Mascaró. «Me gusta ayudar, veo las calamidades que ocurren y sé que dentro de mi pobreza siempre se puede ayudar». Cuidar enfermos, preparar comida para personas sin recursos o contribuir al mantenimiento de la parroquia de La Purísima son sólo algunas de las labores que ha compaginado con su trabajo, sus siete hijos, su marido ya difunto y sus tareas domésticas desde que nació, hace 81 años.

Recibir la insignia de la Diócesis ha sido algo muy emocionante para ella, que asegura que no se lo esperaba y hasta pone en duda que sea merecedora de tal reconocimiento. «Yo no hago las cosas para que la gente lo sepa, lo hago porque me salen del corazón». Tal es el compromiso que ha mantenido durante toda su vida que hasta «tenía que engañar a mi familia diciéndoles que me iba a misa o a otro sitio para poder ir a casas de personas mayores que no tenían a nadie y asearlos, hacerles de comer o limpiar» su casa.

«Yo doy y colaboro con las causas sin que lo sepa nadie. Desde bien pequeña me ha gustado la iglesia y ya con 10 años ayudaba a barrer a los sacerdotes», prosigue Carmen.

Comprar artículos decorativos para el templo como mantelería o jarrones, ayudar a la limpieza de los objetos sagrados o dedicar horas a montar altares para festividades religiosas lo ha hecho por «ayudar a la parroquia que hace mucho bien. No lo puedo remediar, mi ilusión es ayudar y lo he hecho mientras he podido. Es algo que siempre me ha llenado el corazón».

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