El personal sanitario del Centro de Salud del Rabaloche de Orihuela participó ayer en un simulacro de incendio para poner en práctica el plan de emergencias y calcular el tiempo necesario para la evacuación del edificio, o más bien de los barracones que lo componen, dado que las instalaciones médicas están conformadas por módulos prefabricados dispuestos en la parte trasera del Ayuntamiento desde 2008.

La simulación comenzó poco después de las 13.30 horas, cuando ya casi no había pacientes en el interior para no entorpecer la labor de asistencia sanitaria. La plantilla ensayó así el procedimiento que debe seguir en caso de que se decrete una emergencia en el centro que obligue a su desalojo. Un día antes recibieron una charla informativa sobre cómo se ha de realizar este procedimiento manteniendo el orden para ejecutar esa labor de forma efectiva y teniendo presente una premisa: el personal es el último que lo abandona siempre que su vida no corra peligro. De igual modo, se les enseñó cómo se utiliza un extintor, en qué casos está indicado o cuáles son los servicios de emergencias con los que contactar en caso necesario.

Comprobar

Los médicos y enfermeros siguieron el protocolo que indica que antes de salir del edificio se deben comprobar cada una de las habitaciones para asegurarse de que ya no queda nadie. No es suficiente con alzar la voz para que se escuche al otro lado de las paredes de «pladur», sino que hay que entrar y revisar cada rincón para cerciorarse de que efectivamente está vacio. Para ello se escondió a una trabajadora del centro y, una vez se decretó la alarma, los sanitarios revisaron los distintos habitáculos encontrándola a los pocos segundos puesto que se trata de unas instalaciones de dimensiones reducidas. Así, la insólita prueba del simulacro de incendio en unos barracones sanitarios fue superada con éxito.