Nada de grandes complejos comerciales, ni de amplios locales para hostelería y empezar «de cero». Eso es lo que dice, de momento, la Generalitat sobre los futuros usos de este espacio portuario de Torrevieja, del que tiene las competencias exclusivas. El Consell ha descartado cualquier gran implantación comercial sobre los 80.000 metros cuadrados del recinto portuario, según aseguraba ayer en una escueta nota de prensa la dirección general de Infraestructuras, cuyo responsable Carlos Domingo Soler, mantuvo una reunión con la edil de Urbanismo Fanny Serrano (PSOE).

Aunque el recinto portuario tiene usos turísticos muy populares como el paseo del dique de Levante, la feria de atracciones, los museos flotantes, las tres marinas deportivas, muchas zonas están degradadas, en especial las aledañas a la actividad pesquera.

La Generalitat está elaborando la Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (DEUP), un instrumento legal que desarrolla la ley de Puertos autonómica, aprobada durante la anterior legislatura, y que debe definir la ordenación específica del puerto torrevejense, sin duda, el mejor espacio público sin uso residencial que queda en Torrevieja. Sin ese documento aprobado, no se puede mover ni un ladrillo. Después ya se puede trabajar, a nivel municipal, en un documento de plan especial que deberá plantearse bajo el marco de la DEUP. Se abre de nuevo el debate del futuro de la zona portuaria, la auténtica gran manzana de oro del casco urbano desde hace más de veinte años. El alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) aseguró que no quiere que la actuación en el puerto se convierta en un parche y dijo que debía contemplarse en una revisión del Plan General, que ni tan siquiera se ha licitado porque antes hay que realizar una unificación legal de sus más de cien modificaciones puntuales.

Además de esa voluntad política de rechazar cualquier macroproyecto comercial -la ley de Puertos sí permite ese uso-, el principal objetivo de la iniciativa de la Conselleria y el Ayuntamiento en la dinamización de este especio es la necesidad de darle «permeabilidad» y «conexión» con el resto del casco urbano con una oferta complementaria, también de ocio, zonas verdes y de esparcimiento, la eliminación del vallado que separa ahora el paseo de la Libertad de la instalaciones portuarios. Ampliación de los viales de acceso, que ahora se convierten en un tapón para acudir al centro en verano y renovación del paseo de La Libertad... Un discurso en los términos e incluso en el fondo parecido al que mantuvo el PP local en este aspecto con una salvedad importante: sin intervención de la inversión privada a través de una concesión, como planteaba el anterior equipo de gobierno, con explotación de espacios comerciales y de hostelería, para rentabilizar una inversión prevista de 30 millones de euros. El gobierno actual mantiene que hay otras fórmulas para financiar. Como concesiones puntuales y fondos europeos.

El PP contemplaba la supresión de las actuales instalaciones de la lonja y su reubicación en el dique de Poniente. La Generalitat no se pronuncia sobre este aspecto, asegurando que todo está por hacer en la reordenación futura.