Cuando el espacio portuario de Torrevieja estaba en manos todavía de Puertos del Estado se redactó el primer plan especial para reordenar sus usos. Antes se habían presentado otras iniciativas. Fue en 1993. Ese documento, donde ya se contemplaba la ampliación de paseos en la fachada marítima, se elaboró pero no llegó a ser aprobado pese a que algunas ordenanzas municipales lo contemplan como referente legal.

En 1999 el alcalde Pedro Hernández Mateo trajo de la mano al arquitecto Santiago Calatrava para vender públicamente un proyecto de reordenación de la zona portuaria con una espectacular estación para cruceros. Llegó a citar la instalación de empresas tecnológicas como IBM. Esa maqueta y otras destinadas a dotaciones en Torrevieja, que costaron 600.000 euros, están arrumbadas en algún almacén municipal. En 2009, Hernández Mateo, solo tres años después de haber sacado adelante el proyecto de la tercera marina deportiva de la ciudad a favor de una filial de Acciona, propuso un nuevo Plan Especial. De nuevo con amplias zonas comerciales y franquicias e incluso con la sede de un nuevo Ayuntamiento y una inversión de 80 millones. La crisis pilló de lleno la iniciativa y la concurso quedó desierto. A finales del mandato anterior fue el entonces alcalde Eduardo Dolón el que presentó una propuesta bastante menos ambiciosa pero que reclamaba una inversión de 30 millones de euros. El cambio de gobierno en la Generalitat y Torrevieja han truncado el proyecto.