La Conselleria de Medio Ambiente ha solicitado a la Abogacía de la Generalitat un informe jurídico para valorar la situación en la que se encuentra la planta de transferencia y valorización de Abornasa, ubicada en Crevillent.

Las instalaciones dedicadas al tratamiento de residuos urbanos echaron el cierre a raíz de una sentencia por carecer de Autorización Ambiental Integrada. La situación causó un gran revuelo en la Vega Baja dado que una quincena de municipios derivaban allí sus desechos, lo que obligó a trasladar sus residuos a las plantas de Villena y Jijona, disparando los costes.

Este diario contactó ayer con la Conselleria de Medio Ambiente para conocer si se está tramitando o se puede tramitar en breve la autorización que precisa Abornasa para volver a la actividad y la respuesta fue que se ha solicitado ese informe jurídico para clarificar su situación. La reapertura de Abornasa podría permitir a los municipios de la Vega volver a llevar allí sus residuos y solucionar una crisis abierta en la comarca, que es la falta de ofertas para instalar una planta de transferencia de residuos. A este respecto, sólo Almoradí dijo que estaría dispuesta a acoger una instalación de estas características siempre y cuando hubiera alguna más en otra localidad para repartir el volumen de desechos de la Vega (247.000 toneladas anuales).

El presidente del Consorcio de Residuos de la Vega Baja, Manuel Pineda, aseguró que el pasado jueves iba a mantener una reunión en Valencia para poner sobre la mesa la posibilidad de Almoradí. Ayer, sin embargo, se limitó a decir que sobre este asunto «no hay novedades».

La otra alternativa del Consorcio es realizar un mapa de posibles ubicaciones para la planta a la espera de que algún consistorio quiera impulsar su puesta en marcha. Si no es así, se valoraría incluso la expropiación de terrenos para imponerla. No obstante, eso no sería necesario si reabre Abornasa.