El medievo invadió Callosa del Segura durante todo el fin de semana gracias al mercadillo que trasladó la ciudad hasta varios siglos atrás. Olores y sabores de una época que conquistaron a centenares de vecinos y turistas en un casco antiguo totalmente tomados por las platas, los cueros, los jabones, los embutidos y decenas de productos que, junto a la decoración, crearon un entorno único.

Para amenizar la visita, durante todo el fin de semana se sucedieron talleres de esparto y cuero para que el público aprendiese cómo se trabajaban antaño estos materiales. Otra de las actividades que más llamó la atención fue la realizada en el punto de cetrería, con exhibiciones de animales exóticos.

Los más pequeños tuvieron su propio espacio en el rincón infantil, que contó con numerosas atracciones, una multitud de juegos didácticos castillos hinchables entre otras ofertas.

Los grupos de animación esparcidos por todo el evento completaron la atmósfera para que los visitantes olvidasen que se encontraban en el centro de Callosa.