La superficie plantada con alcachofas en la Vega Baja durante esta temporada ha aumentado un 16% con respecto al año anterior aumentado un 16% y ha alcanzado las 1.764 hectáreas. Se trata de una de las cifras más altas de los últimos años y el principal motivo es que este producto se ha posicionado como uno de los cultivos de invierno con mayor rentabilidad, iniciándose este año la campaña con precios que han rondado los 2,80 euros por kilo.
Según explicó ayer el presidente de la Asociación Alcachofa Vega Baja del Segura, Diego Martínez, durante este año se han incorporado más de 200 hectáreas de terreno cultivadas con esta planta en la comarca más sureña de la provincia alicantina. Por municipios, las principales superficies de alcachofa se registran en Orihuela, seguido de Almoradí, Pilar de la Horadada, Callosa de Segura, San Miguel de Salinas y Dolores.
Martínez valoró que estos datos son «optimistas y esperanzadores» de cara al inicio de la nueva campaña. En su opinión, el motivo del crecimiento de superficie se debe a que la última campaña «fue rentable, se alcanzaron buenos precios y también gracias al trabajo de promoción de la alcachofa de la Vega Baja y a las acciones para impulsar su consumo que lleva a cabo la asociación».
Diego Martínez añadió que el crecimiento en superficie aún podría haber sido ligeramente superior en la Vega Baja «de no ser por los problemas con el agua» que generan incertidumbre entre los agricultores por la reducción del agua trasvasada del Tajo al Segura, por la polémica de la calidad del agua de los pozos de sequía o por la carestía del agua desalinizada.
La recolecta de los primeros brotes de alcachofa se ha retrasado este año en torno a dos semanas debido al excesivo calor registrado durante el último periodo del invierno. No obstante, la bajada de temperaturas del último mes está ayudando a madurar un producto que se caracteriza por su alta calidad y que ha convertido a la Vega Baja en una de las principales zonas exportadoras de España.
