Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un, dos, tres... urbaniza de una vez

Más de 30 años después de ser una de las zonas promocionadas en el mítico concurso, Las Torretas presenta un aspecto degradado

«...¡¡¡Un apartamento en Torrevieja... Alicante!!!». Con aquel grito de entusiasmo de Mayra Gómez Kemp, popular presentadora del todavía más popular concurso «Un, dos, tres», creció toda una generación de torrevejenses para quienes nombres como el de Las Torretas y Cabo Cervera se ligan ya a la memoria colectiva. Aquel apartamento era en la España de primeros y mediados de los ochenta lo más de lo más, aunque algunos prefirieran el coche. La alegría para los telespectadores era doble en Torrevieja, porque a continuación aparecían unas bonitas imágenes de la ciudad con sus paseos, sus playas, y el famoso apartamento, que muchas veces no tenía nada que ver con el que los agraciados recibían sobre el terreno, pero daba igual. Torrevieja salía en la tele, cadena única y en toda España... Aquella promoción, para la ciudad y su actividad inmobiliaria, era impagable.

Hoy, con más de treinta años a cuestas, Las Torretas forman parte de esa Torrevieja tercermundista a la que sucesivos gobiernos municipales, más preocupados por modernizar y embellecer la fachada litoralLas Torretas forman parte de esa Torrevieja tercermundista de la ciudad con paseos, plazas y monumentos, se empeñaron en dar la espalda. Esa que pese a estar en el privilegiado entorno de la laguna, nunca sale en los folletos turísticos y ahora es, en ocasiones, sinónimo de «ciudad sin ley» en ese mismo imaginario colectivo. Ahora comienza a plantearse -aunque tímidamente como pasó en el último pleno ordinario- la posibilidad de llevar a cabo un plan reurbanización. Anuncio casi de puntillas p0rque una actuación de esa envergadura, que requiere varios años de planificación, tiene coste para los bolsillos de los residentes.

El vecindario de esta sucesión de planes parciales, repartido entre 1.300 viviendas, se mueve cada día por un entorno degradado y a medio hacer, donde las calles sin asfaltar y sin iluminación deben tener inventario. Algunas no tienen ni nombre ni placas de callejero. Simple anécdota si no fuera porque a los residentes les puede ir literalmente la vida en ello. Y las deficiencias en servicios básicos no quedan ahí. Empresarios del sector inmobiliario local piensan que la mejor solución es hacer tabla rasa y que la prioridad en algunas zonas debería ser el derribo para crecer a lo alto -ya no queda suelo que recalificar el término municipal -

El nivel de deterioro urbano se corresponde en Las Torretas, con una gran diversidad de residentes. Hay madrileños y asturianos regresados de la inmigración en Alemania y sus hijos que han heredado las viviendas, hay comunidades de británicos, de alemanes, de rusos, norteafricanos. Hay familias gitanas, y de origen latino, y mucha población meseteñanacional que llegó a Torrevieja atraída con el reclamo publicitario de Masa, el del famoso apartamento del 1, 2, 3. Es el caso también de Pilar, que recuerda para INFORMACIÓN que compró adosado en la Plaza -por llamarlo de alguna manera-de Las Gardenias. Cinco troncos de palmera en el suelo por obra y gracia del picudo que nadie es capaz de retirar desde hace más de un año, presiden la hilera del arbolado. Explica que las escasas lluvias en Torrevieja se han convertido en una tortura para los vecinos de la zona y que ha puesto en venta su vivienda, dos adosados contiguos unidos con unas reformas, 98 metros cuadrados por los que pide 60.000 euros. Esos carteles de «Se Vende» forman parte del paisaje.

Espacios comunes

La mayoría de las casas han sido modificadas. Ampliar terrazas hacia espacios comunes que nadie ha delimitado, elevar alturas sobre plantas bajas, pérgolas, cerramientos... Todo vale para mejorar la habitabilidad. Los problemas de humedad que arrastran las casas está vinculados a su cercanía a las zonas de saladares de la laguna de Torrevieja. Las recurrentes plagas de mosquitos, azote permanente para los vecinos, también. En lo que se intuye otra plaza, ésta de las Azucenas, la asturiana jubilada Margarita Fernández explica que desde que cayó el último chaparrón, a principios de la semana pasada, no tienen alumbrado público. Todo sigue encharcado y embarrado. Adecentar estos espacios, sin bancos, ni papeleras en los parques, y donde se aparca donde se puede, es cosa de todos. «Da miedo salir por la noche. Aquí nadie se ocupa de nada. Aprovechamos cuando vienen vecinos a veranear para hacer limpieza con los chiquillos».

En otras zonas de La Torreta I y varias manzanas de la Torreta III los vecinos lograron ponerse de acuerdo para invertir y asfaltar las zonas interiores, que están en un limbo legal porque en su día el promotor no las cedió y el Ayuntamiento se desentendió de ellas. Se ha agotado la paciencia de los vecinos. Que se hayan organizado ahora, y protagonicen las sesiones plenarias de este mandato, en especial los vecinos de Torreta III, cuando las deficiencias se han mantenido 27 años ante la desidia del gobierno del Partido Popular, ha pillado a contrapié al actual gobierno local de izquierdas.

El premio para estos vecinos de momento sigue estando en el aire. Ya lo decía Mayra en el «Un, dos, tres»... y «hasta aquí puedo leer».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats