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El señor de las tormentas

Pedro José Gómez ha hecho del clima su profesión y de Meteorihuela un lugar de referencia

El señor de las tormentas

Conocí la primera vez a Pedro de la mano de su padre cuando aún era estudiante un día que vino al periódico. El padre tenía tanta fe en él como el hijo en lo que le cuentan las nubes. «Desde bien pequeño me encantaba mirar al cielo, jugar a adivinar las figuras que adquiría la nubosidad, presenciar los espacios del Tiempo en televisión y era habitual que en mis dibujos existiera un Sol amenazado por nubes tormentosas», recuerda con cariño.

Define el tiempo en Orihuela y en la comarca como «extremado y versátil» porque «la meteorología no es ni mucho menos una ciencia exacta. Su funcionamiento se regula principalmente por los plazos y época de predicción, así como las escalas de fenómenos a predecir. Por ejemplo, no es lo mismo hacer un pronóstico para dentro de cinco días en verano que en otoño, igual que no es lo mismo predecir el paso de un frente por la Península Ibérica que la formación de tormentas».

Asegura que no todo es ciencia, que cree en la suerte -«siempre está ahí»- pero no en las Cabañuelas- ni en que se pueda cambiar el tiempo de forma artificial: «Tenemos que fiarnos de los expertos en la materia, y la Organización Meteorológica Mundial asegura que no han encontrado unos resultados que justifiquen el éxito de los procedimientos hasta ahora llevados a cabo de forma general para lograr una modificación del tiempo, ni son concluyentes las hipótesis que se realizan sobre los efectos que la geoingeniería puede ocasionar en la alteración exhaustiva de los procesos atmosféricos».

Ahora completa su formación con un máster en Geofísica y meteorología en la Universidad de Granada y admite que trabajar de hombre del tiempo, es un sueño, «quiero pensar que tiene futuro y que algún día puedo tener la posibilidad de aspirar a una ocupación en lo que me fascina. Sería todo un sueño». Por cierto, Pedro realiza todas sus actividades meteorológicas de forma altruista y admite que a diario hay alguien que le pregunta sobre el tiempo aunque, «en los días en los que la situación meteorológica es inestable no doy abasto». La puesta en marcha de Meteorihuela su notoriedad ha ido aumentando, «me encanta que mi familia, amigos y seguidores del proyecto me pregunten, es un placer poder ayudar y es una sensación muy gratificante. Es genial aportar mi granito de arena con una predicción en acontecimientos importantes como bodas, comuniones, eventos deportivos? etc. Ese hecho es el que me da verdaderamente un empujón extra para continuar adelante».

Y alguien que siempre que se le pregunta está ahí, para responder, asegura que «no sé cuánto tiempo le dedico diariamente a la meteorología, depende en gran parte de si los parámetros atmosféricos dictaminan estabilidad o inestabilidad. Lo cierto es que me encanta mirar e interpretar el estado del cielo» y asegura con desparpajo que «lo primero que hago al despertarme por las mañanas no es lavarme la cara, sino que echo un primer vistazo al firmamento por la ventana o balcón. No pasa ni un día en el que no tenga una referencia y entrega por la meteorología. Ha formado, forma y formará parte de mí siempre. Suelo hacer análisis de predicción prácticamente a diario, fundamentalmente por la noche, y mi intención y deseo es estar continuamente informando y tratando de ayudar en las redes sociales».

Asegura que todo lo que pasa en el cielo le interesa pero, «si me tengo que quedar con un fenómeno meteorológico, elegiría las tormentas. Alguna vez, por vivirlas muy de cerca, me he llevado algún susto. Pero particularmente, sin implicar a nadie más, me gusta correr ese riesgo. La más intensa que he vivido en Orihuela fue la del 13 de septiembre de 2009, cuando se registraron 72 litros por metro cuadrado en una hora. Las calles de la ciudad se convirtieron en auténticos ríos».

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