Los vecinos de la pedanía de El Saladar de Almoradí sufrieron graves inundaciones. Los habitantes fueron evacuados pero Manolo Ballester volvió a su casa para salvar algunas pertenencias. Cuando se fue a dar cuenta el agua del río ya había llegado y no podía salir. Tras varias horas de espera que se hicieron interminables, escuchó a sus rescatadores: «sal de tu casa que hemos venido a salvarte. Solo entonces respiré tranquilo, fueron momentos de muchos nervios».