La iniciativa fue original pero el resultado ha tenido que decepcionar, y mucho, al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Orihuela que encabeza Emilio Bascuñana (PP). Sólo 59 oriolanos -49 de ellos a través de correo electrónico y diez por una visita a Urbanismo- han participado en una encuesta para saber cómo quieren que sea la obra más importante a ejecutar el próximo año en Orihuela: la urbanización de la losa que ha dejado las obras del tren AVE (Alta Velocidad Española) a su paso por el casco urbano. Y no sólo será la más importantes, también es la más caras, porque el convenio enviado la semana pasada a Madrid por el alcalde, anuncia que están dispuesto a gastarse 3,5 millones de euros por las mejoras introducidas en el proyecto original.

Si uno se para a pensar descubre que toda esta factura en mejoras son sólo para realizar este bulevar que se ha llevado ya un millón de euros, ya gastado y ejecutados, para reforzar la estructura del túnel y que éste sea pisable; mientras que los 2,5 millones de euros restantes se gastarán en algo que, por lo visto por el resultado del cuestionario, nadie sabe qué será. Eso sí, sí tiene precio.

La encuesta sólo dejó claro una cosa que de sobra habían dicho, por activa y por pasiva, los vecinos y comerciantes después de sufrir los últimos años los inconvenientes de estos trabajos: Suspenso a las obras (60%). El alcalde precisamente dio ayer una comparecencia para dar los resultados de la participación ciudadano y valorarlos, pese a la pobre presencia de encuestados. «Una gran mayoría de oriolanos (sic) ha considerado prioritaria o muy prioritaria la urbanización de la losa que transcurre a su paso por el término municipal y sólo un 10% ha expresado lo contrario», explicaba el equipo de gobierno en una nota. De hecho el porcentaje supera el 80%, algo lógico si se tiene en cuenta que no urbanizar este espacio ahora hipotecaría el futuro crecimiento de la ciudad y mucho porque no es fácil que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) permita al concluir los actuales trabajos otros nuevos por encima del techo por el que pasarán a diario decenas de trenes y, además, ya no tendrá entonces compromisos.

Iniciativa

Bascuñana admitió que no hay una sola idea entre los participantes sobre qué se quiere hacer «son muy variadas, aunque una cosa nos han dejado claro. Quieren que sea una espacio vivo». Lo más votado -siempre teniendo en cuenta que sólo 59 vecinos han tomado parte en la iniciativa- fue que tenga jardines (20,18%), le siguen juegos (16,67%), instalaciones deportivas (15,79%), presencia de agua (13,16%) y elementos ornamentales (8,77%).

Y se dejaba a los ciudadanos también echar la imaginación a volar y pensar qué harían y allí el abanico se amplía más: «Mercado de abastos entre semana, lugar de celebración de eventos sábados y domingo, centralizar allí la oferta turística, convertirla en una prolongación como zona verde de la Avenida de Teodomiro (Los Andenes), paseo con terrazas y negocios y, y esto sí parece interesante, que sea una zona de actividad y movimiento para que no pase como en esas ciudades a las cuales uno llega y piensa que está en el extrarradio, dicen. También hay quien apostó por aparcamientos, paseo para peatones, pistas de pádel públicas, zona de juegos para mascotes y un quiosco o cafeterías.

En cualquier caso, el primer edil agradeció la participación e indicó que ahora se pondrá en marcha un concurso de ideas técnico. Bascuñana no se marchó sin lanzar una vez más una puntada a su antecesor al frente de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE): «Mientras que el anterior concejal negociaba a puerta cerrada con Adif, ahora se ha hecho de forma completamente transparente y participativa». Otras fuentes consultadas por este diario pusieron ayer en duda que la propuesta de convenio que el Ayuntamiento ha mandado se firme, y no ya porque haya unas elecciones generales a la vuelta de la esquina (y todo el mundo se pueda ir de Adif) sino por cómo Orihuela quiere pagar esos 3,5 millones. Al tiempo.