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Orihuela a sus pies

INFORMACIÓN sube a la torre de la Catedral, que se podrá visitar mañana de forma excepcional

El cuerpo de campanas se encuentra en la tercera planta, como antesala de la campana mayor. tony sevilla

Tras siete años cerrada al público, la torre de la Catedral abrirá de nuevo sus puertas mañana, por un día, en una jornada dedicada a unir comercio y oferta cultural. Los asistentes podrán acceder a una vista única del centro de la ciudad, desde una atalaya singular que data del siglo XIII... al menos una pequeña parte de ella, pues el campanario cuenta con dos cuerpos, uno construido a finales del siglo XIII, tras la Reconquista, y un segundo que data del siglo XIV. Ello explica el hecho de que, pese a la estrecha escalera de caracol que sube a los cielos de Orihuela, el volumen del torreón, desde fuera, sea de gran grosor.

Y es que además de estos dos cuerpos, la subida cuenta con tres plantas y una terraza, que ayuda a entender parte de la historia de la Orihuela y dota a la torre de vida propia en cuanto a las estancias y funciones del templo. Las inscripciones de las paredes de la primera estancia: «Con razón o sin razón, nunca entres en la prisión», revela dónde estaba la antigua cárcel que, según la documentación histórica, albergó la seo. Se trata del espacio más lúgubre, debido a sus ventanas etéreas, donde apenas entra un hilo de luz para que los presos no pudieran escapar.

Más arriba, se encuentra una segunda estancia mucho más amplia y luminosa, que alberga la maquinaria original del reloj de la Catedral, que data del siglo XVIII. Una enorme sucesión de engranajes que queda como testigo de la relevancia de la construcción en la época, donde albergar un reloj era símbolo de importancia y servía para marcar la vida social de la ciudad. Está situada a la misma altura del que se encuentra en la torre de la iglesia de las Santas Justa y Rufina, que tiene el récord de altura en su conjunto. Esta sala sirve de acceso al segundo cuerpo de la torre.

En el siguiente piso se encuentra el cuerpo de campanas, fuente principal de información en la antigüedad. Mediante su juego de sonidos, los habitantes podían conocer si había un incendio, si un fallecido en la ciudad era un niño o un adulto o, incluso, si era miembro de una cofradía de relevancia social.

El colofón, no obstante, está un piso más arriba, en la terraza, donde, al alzar la mirada, se encuentra la campana mayor, una pieza que data del siglo XVI y que fue moldeada en la propia torre, ante la imposibilidad de trasladarla por sus grandes dimensiones y su peso. Esta preside el cuarto y último piso, desde donde Orihuela queda bajo los pies del visitantes, con una espectacular vista de 360 grados que llega, incluso, a vislumbrar la Catedral de Murcia.

Aunque inicialmente las instalaciones solo se abrirán mañana, el Obispado proyecta recuperar las visitas a medio plazo de forma habitual, lo que lo convertiría en la única vista de pájaro de la ciudad, pues la torre de Santa Justa y Rufina también está cerrada.

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