La Vega sufrió una noche de lluvia -precipitaciones de hasta 60 litros en algunos puntos- y viento -rachas de 85 kilómetros por hora-, una pesadilla, que dejó una imagen terrible a primera hora de la mañana. Los municipios de costa se vieron más afectados por un temporal de levante que causó cuantiosos daños, desde viviendas a la caída de árboles (más de 200, sólo 150 en Rojales), farolas y señales, vallas y todo tipo de mobiliario. Torrevieja y en especial el frente marítimo se llevaron la peor parte junto con Rojales, donde medio pueblo estuvo sin luz todo el día.

Los daños más significativos se produjeron en torno a las seis de la mañana en los edificios de primera línea del Acequión por un punta de viento racheado de 85 kilómetros por hora, según datos de Proyecto Mastral. El viento se llevó por delante la estructura de aluminio, ventanas e incluso puertas de los balcones de pisos situados en la fachada marítima de los emblemáticos edificios Navamares, de nueve alturas y levantados hace más de cuatro décadas. Los cristales y el material desprendido afectaron a vehículos aparcados en la calle Santomera, aunque el material también cayó sobre un amplio tramo de la Avenida de Gregorio Marañón. En total se registraron daños en 16 viviendas, según los propietarios. Solo en dos había residentes. En alguno pisos el viento se llevó por delante escayolas y mobiliario de las habitaciones del interior, una vez que el viento arrancó las puertas de los balcones. En la zona, precintada por la Policía hasta mediodía, estuvieron actuando los Bomberos para asegurar los balcones donde colgaban trozos de aluminio, persianas y cristales o ventanas enteras.

Las fuertes rachas derribaron más de una quincena de árboles de zonas verdes. Un ficus de gran porte cayó en el Paseo de La Libertad, junto al aparcamiento de Policía y Guardia Civil. El árbol arrastró en su caída una farola. Las labores de retirada cortaron uno de los sentidos de la Avenida más de una hora. La concesionaria de la conservación de parques y jardines también recibió avisos por caídas de árboles en la calle Unamuno, de la Torreta Florida; y la calle Granados, en la urbanización San Luis. En este último punto otro ejemplar derribó otra luminaria. Cinco árboles más sucumbieron al vendaval en el plan parcial Mediterráneo del barrio de San Roque y en la avenida de Pinoso.

El Ayuntamiento informó de la caída de otros cinco árboles en el paseo del Maestro Velero, en la zona de Marina Internacional, en alguno de los casos sobre vehículos aparcados. Además, se registró la caída de señales de tráfico, carteles publicitarios y contenedores.

Los bomberos de Torrevieja no pararon de atender servicios relacionados con caída de cascotes y elementos de fachadas. Otro incidente importante se produjo en la calle Caballero de Rodas con calle del Mar. En este punto cedió un muro de cerramiento de un balcón de un quinto piso - sin concluir desde hace más de una década-. Los ladrillos cayeron sobre la acera. La Policía cortó el tráfico hasta que se comprobó la seguridad y la brigada verde retiró los escombros. Los mismos efectivos estuvieron revisando la cubierta del Colegio Virgen del Carmen por los desprendimientos que se produjeron. Una zona de sus instalaciones fue precintada.

Al viento le acompañó desde primera hora de la tarde del domingo un fuerte temporal marítimo que inundó por completo las playas de Torrevieja. Las precipitaciones complicaron el tráfico aunque en menor medida que en otros episodios al espaciarse las precipitaciones.

Comarca

Y en la comarca, la tormenta provocó el colapso de viales en numerosos municipios como Algorfa, donde la carretera que conecta con Benejúzar se anegó de agua y fue precisa la ayuda de un tractor para retirar la gran cantidad de barro acumulada. Según explicó el primer edil, Manuel Ros, el tráfico estuvo interrumpido durante horas. Se trata de una zona inundable a la que llega el agua de la rambla que baja desde la sierra. De igual forma se registró la caída de dos árboles y se tuvo que intervenir en dependencias municipales por goteras.

La entrada a San Miguel de Salinas por la CV-940 registró ayer un gran volumen de agua acumulada, lo que obligó a los conductores a extremar las precauciones. La caída de un árbol en esta localidad motivó el cierre de la que conecta con la urbanización Blue Lagoon. Algunas viviendas de planta baja sufrieron la filtración de pequeñas cantidades de agua, que anegó igualmente parte de la Jefatura de la Policía Local.

También en Los Montesinos la caída de un par de árboles de grandes dimensiones obstaculizó el tráfico a la entrada de este municipio a la altura del polígono industrial. Asimismo, decenas de vallas publicitarias de esta localidad y las emplazadas a lo largo de la CV-90, desde Ciudad Quesada hasta Torrevieja, salieron por los aires debido a las fuertes ráfagas de viento. En este tramo también se registró la caída de algunos árboles. Los que dificultaban la circulación fueron retirados a primera hora de la mañana, mientras que otros emplazados en el interior de las rotondas permanecieron volcados durante buena parte de la jornada. En Almoradí y Catral, la acumulación de agua de lluvia anegó parte de sus polígonos industriales y en el primero de esos municipios efectivos de Protección Civil cerraron al tráfico algunos tramos para evitar accidentes. También en Rafal se registró la caída de un árbol ubicado en el colegio, aunque el incidente ocurrió antes del inicio del horario lectivo, por lo que la jornada escolar transcurrió con normalidad.

En Callosa de Segura y Cox, operarios municipales trabajaron desde primera hora de la mañana en retirar arena y piedras de las carreteras que bordean la Sierra. En la localidad callosina se volvió a registrar el estancamiento de agua en un tramo de la calle Francisco Navarro Aguado, a la altura de la rotonda en la que se erige la bandera española, siendo éste un punto que se anega desde hace años cuando se producen fuertes lluvias.

Litoral

La misma situación se produjo en prácticamente todo el litoral de Orihuela. Los puntos habituales de La Zenia volvieron a evidenciar la falta de soluciones a un problema que se repite. Además, la fuerza del viento arrancó algunos árboles de varias urbanizaciones del litoral, donde el agua llegó prácticamente hasta dentro de algunos chalés. Los vecinos tuvieron que limpiar ellos mismos aceras y calles para eliminar los tapones de barro de las redes de pluviales, lo que dificultaba aún más el drenaje del agua.

En Rojales el viento fue el gran protagonista, más que la cantidad de agua registrada por los pluviómetros. El alcalde, Antonio Pérez, apuntó a que durante la noche del domingo al lunes se registraron «más de 150 árboles caídos», algunos de ellos quebrados pero otros incluso fueron arrancados de raíz. La subida al parque natural de El Recorral, las urbanizaciones del municipio o el parque de El Malecón fueron las zonas más afectadas. El Ayuntamiento y medio municipio se quedó sin luz . En el Club de Tiro, las rachas de viento arrancaron parte del techado, que fue a parar al campo de césped artificial. Las brigadas tuvieron que recibir el apoyo de los Bomberos para retirar todos estos árboles y devolver a la normalidad las calles de la localidad. Además, el temporal dejó sin luz a buena parte del casco urbano durante toda la mañana, son cortes intermitentes y subidas y bajadas de tensión en el margen derecho del Segura, o la interrupción por completo del suministro en el margen izquierdo, en los alrededores del Consistorio.