Un hombre de nacionalidad belga y 53 años ha aceptado una pena de diez años de prisión al declararse culpable de homicidio por matar a golpes en Torrevieja a una mujer de su misma nacionalidad en 2007, tras colarse en su vivienda de madrugada y asestarle varios golpes en la cabeza con un objeto contundente, en concreto una herramienta de trabajo similar a una pata de cabra. El hombre y la víctima habían entablado relación porque él se había encargado de unas obras de reforma en su vivienda en la urbanización Becisa y habían mantenido una disputa por el precio de los trabajos que había llevado a la mujer a poner incluso varias denuncias contra él y algunas personas de su entorno.

En la noche del 9 de abril de 2007, el acusado se presentó en la vivienda y acabó con la vida de la mujer, que tenía 53 años entonces, según admitió ayer ante un jurado popular que le declaró culpable. El fiscal, la acusación particular y la defensa estuvieron de acuerdo en que sea condenado a diez años de cárcel por un delito de homicidio y a abonar 60.000 euros de responsabilidad civil para indemnizar a la hermana y la sobrina de la mujer fallecida.

El juicio se celebraba por segunda vez después de que el hombre ya hubiera sido declarado culpable de asesinato en septiembre de 2013, cuando fue condenado a 23 años de prisión. En aquella ocasión fue acusado también su hijo, que resultó absuelto. El Tribunal Supremo anuló la sentencia de la Audiencia Provincial de Elche al considerar que el objeto del veredicto que se había entregado al jurado no estaba bien redactado.

El hijo reconoció en el primer juicio (en septiembre de 2013) haber presenciado la agresión (de hecho se localizaron restos de su ADN) e inculpó a su padre como ejecutor de los golpes mortales. Su absolución no fue recurrida y por ello ayer se juzgó únicamente al hombre que finalmente se declaró culpable. Ahora regresará a prisión después de haber sido excarcelado en marzo por el Tribunal Supremo, para cumplir el resto de la condena.

El juicio estaba previsto para varios día con la declaración de medio centenar de testigos y una veintena de peritos, si bien no ha sido necesario practicar pruebas porque la defensa, representada por la abogada Marina Ivanov, y la acusación alcanzaron un acuerdo.