La festividad de Todos los Santos volvió ayer a concentrar a miles de personas en los cementerios de toda la comarca en una jornada dedicada al recuerdo de los que ya no están. Aunque tradicionalmente se trata de una jornada de afluencia masiva, el hecho de que este año haya coincidido con un domingo, ha hecho que muchos adelantasen sus visitas a la jornada del sábado, para evitar aglomeraciones, y también para disfrutar del domingo. El mayor trasiego se originó a partir del medio día, y hasta la hora de comer.

De hecho, en Orihuela, el dispositivo especial de Seguridad Ciudadana se instaló también el sábado para acoger la enorme afluencia al camposanto de la localidad. Tres patrullas controlaron los accesos al cementerio de Orihuela, junto a Protección Civil y la Guardia Civil de Tráfico, para controlar la carretera Nacional 340, único punto de acceso desde el centro de la ciudad.

En el resto de la comarca, la situación se repetía. Familias portando ramos de flores en homenaje a sus seres queridos. «Vinimos a principio de semana para acondicionarlo todo para traer hoy los ramos de flores que hemos comprado entre toda la familia. Es una jornada para recordar que siguen con nosotros, aunque se hayan ido», señaló una de las usuarios que se acercaron ayer al camposanto.

La nostalgia y el recuerdo protagonizaron la jornada, como pudo plasmarse en las conversaciones alrededor de las sepulturas, entre anécdotas y palabras de cariño.