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Benejúzar

Los cazadores no matan búhos reales

El Club La Pilarica aclara que nunca abatirían una especie protegida y que se ciñen a una regulación muy precisa

Imagen de los caminos que atraviesan la zona del campo de Benejúzar. Tony sevilla

No fueron ellos. «En ningún caso el búho real es ave a abatir por los cazadores», dejan bien claro desde la directiva del Club La Pilarica de Benejúzar, «estamos perfectamente formados para identificar las distintas especies y sabemos diferenciar un búho real de otras especies cuya caza sí está autorizada». Así responden los miembros de esta asociación cinegética a quienes han relacionado su actividad con la muerte a tiros de un ejemplar adulto de búho real en el paraje conocido como El Campo de este municipio, asunto que investiga la Guardia Civil por tratarse de una especie protegida.

Miembros del colectivo de cazadores aseguran, a través de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, que el animal fue encontrado coincidiendo con la celebración de una prueba ciclista celebrada el 3 de octubre, días en los que todavía no estaba permitida la caza. «La veda se abrió el 12 de octubre y en nuestro coto, al coincidir con una romería y gran afluencia de público, se retrasó hasta el siguiente fin de semana», explican para enfatizar que la muerte del animal no ha podido ser por disparos de cazador.

Y van más allá para explicar algunos de los fundamentos que regulan la caza. La Orden General de Vedas establece el inicio de la actividad cinegética el 12 de octubre y según zonas se puede prolongar hasta finales de febrero, aunque destacan que «en nuestro caso se cerrará el 20 de diciembre, antes de lo que marca la Orden, que regula también horarios, zonas y especies de caza, número de piezas que se pueden abatir, o condiciones de seguridad de estos espacios». Haciendo frente a la creciente impopularidad social de su afición, los cazadores destacan la vertiente más medioambiental de esta actividad. Aseguran que se encargan del mantenimiento de la zona evitando que la proliferación de algunas especies -como el conejo- acabe en plaga, que invierten en la recuperación de cultivos abandonados o en instalar comederos y bebederos que aprovechan especies que se cazan y que no, y que además limpian el monte, «todo sale de nuestros bolsillos y de nuestro tiempo libre».

En el Club «La Pilarica» son alrededor de 70 los socios-cazadores que han de turnarse para disfrutar de su afición en el coto que en suelo de titularidad pública les arrienda el Ayuntamiento de Benejúzar, pero que cada vez es más utilizado, a través de los caminos públicos, por los vecinos como zona de disfrute y esparcimiento para pasear o la práctica del ciclismo de montaña, muy popular no sólo entre los benejucenses, también entre aficionados de otras poblaciones de la Vega Baja como Orihuela o Torrevieja.

Fines de semana

Respecto a las quejas de los vecinos por las molestias generadas por las continuas detonaciones de sus escopetas de caza, explican que el uso lo tienen restringido a sábados y domingos de 8 a 12 de la mañana y que junto al coto que utilizan «hay otro coto privado perteneciente a otro municipio que tiene autorizados usos y horarios diferentes», advierten. Tampoco consideran pertinentes las acusaciones al colectivo de poner trampas para evitar el paso de ciclistas por las zonas que utilizan, trampas que ya han sido causa de accidentes graves, y las relacionan con iniciativas a título particular de algún cazador aislado.

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