PSOE y PP de Orihuela convirtieron ayer los problemas del regadío tradicional más en una cuestión de política que de agua, se quiera ver como se quiera, y sobre todo después de que el regidor Emilio Bascuñana se negara el jueves a incluir en el orden del día una declaración institucional de apoyo al regadío tradicional que los socialistas vieron como una oportunidad ayer para «pasarlo a cuchillo».

Y Bascuñana, que se veía venir el problema y más después de haber recibido en su despacho al presidente del juzgado de Aguas de Orihuela-, no sólo tuvo que volver a dar explicaciones de por qué se negó a debatirlo en el pleno -«una cuestión formal al no presentarse en el debido momento», según él, algo que los socialistas niegan- sino a darles un respaldo explícito a sabiendas de que el día anterior no había estado muy acertado cuando se negó a ello con la justificación de que también había que defender a los del trasvase que, precisamente, son los que le quitan el agua. El regidor buscó a los periodistas para ello y para dejar una frase: «Damos nuestro apoyo sin fisuras al regadío tradicional y a un agua de calidad para nuestros agricultores» con lo cual enmendó su error.

Mientras, la portavoz socialista, Carolina Gracia, en una dura nota le calificaba de «cínico o escaso de entendederas» y aseguraba que había rectificado porque el Juzgado de Aguas le había dado un «tirón de orejas». Bascuñana, añadió: «Es la muestra de la ineptitud y de la incompetencia».