El Partido Popular de Albatera criticó ayer que el equipo de gobierno del PSOE y UPyD, con el apoyo de Ciudadanos, ha aprobado un incremento del tipo de gravamen del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) del 1,01% al 1,1%, lo que supone una subida del 9% y lo sitúa como «el máximo con el que ha contado el municipio a lo largo de su historia».

El portavoz del PP, Federico Berná, aclaró que con esta medida el gobierno municipal ha situado el tipo de gravamen en el máximo que le permite la Ley con el único objetivo de aumentar la recaudación. El popular criticó que este aumento de la presión fiscal viene acompañado de un «hecho insólito» en el Ayuntamiento, que es que existan ediles que sin dirigir concejalías cobran sueldos del erario municipal, como es el caso de los dos ediles de Ciudadanos. Domingo Guillén cobra 1.500 euros brutos al mes por una jornada de trabajo de 3,5 horas al día y Ángeles Pérez percibe otros 600 euros mensuales por trabajar 2,5 horas diarias. Con ello, el gobierno de PSOE y UPyD se garantiza la fidelidad del voto de los concejales de C's dado que el bipartito gobierna en minoría y tiene frente así al PP, que ganó las elecciones con 8 ediles y, sin embargo, no percibe ninguna remuneración.

«Han aprobado un tipo de gravamen del 1,1% del IBI urbano con la finalidad de continuar con el derroche y el despilfarro implantado a su llegada, vamos para cohetes, pan y circo», valoró Berná.

El popular dijo que los actuales gestores municipales «no tienen suficiente con haber heredado un Ayuntamiento con casi 2 millones de euros en metálico en bancos, con los pagos a proveedores al corriente y con un remanente de más de 1,6 millones de euros en positivo, que tienen que seguir exprimiendo el bolsillo de los ciudadanos con la finalidad de utilizar esos recursos para crear clientelismo con el objetivo de perpetuarse en el poder con los impuestos que todos pagamos».

Berná criticó igualmente que la alcaldesa, Rosa Guillén, retirara la palabra en el último pleno al portavoz del PP para «acallar la voz de la oposición sin dejarle finalizar su intervención», motivo por el cual los populares abandonaron el pleno en señal de protesta por considerar su actitud «dictatorial, sectaria y caciquil».